Confuso panorama político

Bernardino Vazquez Mazatzi

Escritor y Periodista

La espera terminó y finalmente, no hubo sorpresas. Pocos creían que MORENA iba a definir a sus candidatos por medio de encuestas y no las hubo. Las decenas de aspirantes a diversos cargos de elección popular que se formaron en el partido en el poder, la mayoría, creían que los estaban utilizando y efectivamente, los usaron. Adentro y afuera del partido guinda se decía que el elegido sería un dedazo o cuando menos sería postulado un desconocido y para no variar, el candidato es un chapulín, un arribista o un aprovechado… simplemente resultó realidad su peor pesadilla. Esto es lo que la gente cuenta.

Los morenistas inocentes están que echan chispas. Están muy encabronados. Y se la van a cobrar a quienes tomaron decisiones. Aunque en realidad, desde cuando empezaron a sospechar que los estaban engañando, desde que se dieron cuenta que les estaban dando atole con el dedo, se empezaron a ir de su partidazo. Nada de lealtades ni sacrificios: se sintieron traicionados y desde entonces, empezaron a coquetear por todos lados. A estas alturas, tal vez unos pocos de la estructura morenistas está en ese partido. Simplemente el local está semi vacío.

Los que se dicen defraudados hablan groserías, pero en voz baja. Por respeto y educación no trascribimos su lenguaje agresivo, pero… Y se preguntan cómo es que fueron a creer que eran los elegidos si nunca les dieron pruebas contundentes de ser el o la candidata o candidato. A todos les dijeron lo mismo desde diversas fuentes y niveles del morenismo. Se los juraban, se los prometían, los hicieron creerse indispensables, guapos y seguros… y mire con qué les vinieron a salir.

El asunto político en Tlaxcala, en este proceso electoral está completamente confuso y desorganizado. La mayoría de los partidos políticos, hasta en los que son satélites de MORENA, hay crisis de candidatos. No hay personajes confiables o dignos y por eso y por ambición, tienen que reciclar y hasta lanzar a los mismos a la aventura de la reelección, elemento este del total rechazo y definitivo repudio del electorado. ¡No manchen!, dicen los ciudadanos, ¿otra vez los mismos?

Y efectivamente, la gente está harta del abuso de ciertos políticos improductivos en su actual cargo en el que le fallaron a la sociedad. Hay diputados de los que sólo se les conoce el nombre y quién es su padrino o madrina, pero no han hecho una sola propuesta legislativa y muchos menos se dignan en recibir a sus patrones, a quienes los pusieron en una curul. Y todavía tienen el descaro de regresar a pedir el voto… ¿En serio así era el asunto?

Se escucha en la combi, en el café, en las charlas familiares, en los encuentros de amigos, toda una serie de calificativos que, en resumen, son una condena generalizada y una crítica ácida hacia esta forma de hacer política en Tlaxcala. La reelección se ve, lo menos, como un abuso, y como una burla, y como lo que usted quiera, pero no como democracia y menos como intención por trabajar a favor del pueblo. Dicen que antes así no era, que antes había dignidad y honor, que no se veía tanta ambición ni hambre.

También cuentan que antes, la lealtad y fidelidad de los militantes era premiada pues se hacía carrera en su partido y se elegía a los mejores hombres o mujeres pues llevaban la filosofía y experiencia, además de voluntad logrados en años, pero, ahora, dicen, cualquiera puede arrebatar los derechos a los fundadores y abnegados partidistas. Ahora, aseguran, basta con ser consentido o títere de alguien de más peso político, es suficiente con ser ahijado o recomendado y hasta vale pagar por una candidatura para ser seleccionado para contender en las urnas. Es una porquería cuentan los que saben y ahora sufren las consecuencias.

Algo de razón deben tener esos que hablan y dicen esto. O saben más que los simples mortales. Pero el caso es que en estos momentos la política se ha degradado y los culpables, todavía, gozan de alguna posición dentro de algún partido o de plano gozan las mieles del poder desde alguna dependencia de los gobiernos municipal, estatal federal. A los militantes y simpatizantes los usan y los abusan, los utilizan y los desechan; los ciudadanos son números, estadísticas y buenas intenciones y promesas. Por eso están muy enojados y se las van a cobrar en las urnas o al menos, eso aseguran, aunque a la mera hora, quién sabe.

Triste asunto es este el de la política y trágico el engaño a algunos ilusos. Al final, las propuestas, en todos los partidos políticos que contenderán en este proceso electoral, dan lástima o cuando menos, mucho de que mal hablar. Dice un viejo político chiautempense; y pensar que tenemos que elegir entre los malos y los peores, los feos y los horribles, entre los corruptos y los improductivos, entre los traidores y los ambiciosos. Ni a cuál irle, comenta.

MORENA se suicida, los otros partidos colocan a marionetas en la lucha electoral, todos proponen a personajes de sobrada insolvencia moral. No hay de donde escoger, se lamenta la sociedad. Y por desgracia, todos cuestan un dineral al pueblo.

Y pensar que tenemos que aguantar sus promesas de campaña de seguro incumplimiento. Tenemos que tragarnos tantas ocurrencias en forma de eslogan, y soportar horas y horas de perifoneo y discursos vacíos y demagógicos. Qué pecado habrá cometido la sociedad para pagarlo tan caro…

Como dicen los viejos sabios: y todavía falta lo peor.

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