Ya habíamos comentado que Tlaxcala no se encontraba en una burbuja con respecto a la ola de la delincuencia que rodeaba Estados circunvecinos. Lamentablemente el destino alcanzó a los tlaxcaltecas y en las últimas fechas hemos sido testigos de crímenes, a cualquier día, a cualquier hora y sobre todo más violentos.
El tufo de inseguridad es ya un hedor que llega desde cada punto cardinal de la geografía estatal y especialmente los últimos cinco días han sido dramáticos, con asesinatos e intentos de asalto impulsivos y uno que otro perpetrador capturado.
Una mujer asesinada, uno más tirado en el bosque, dos más ultimados a tiros abierta y directamente, asalto a mano armado, fueron algunos de los sucesos del fin de semana. Los motivos, como ya han dicho algunas autoridades, son disputas por espacios de venta de mercancía de dudosa procedencia, el presunto mercado de narcomenudeo, asuntos pasionales o hasta disputas familiares fueron algunas de las causas de los delitos.
Para rematar, pobladores en Contla se envalentonaron para causar desmanes en la Presidencia Municipal enojados porque no les permitieron retener a un sujeto que, durante una riña con otro hombre, lo dejó mal herido.
Todo eso dicho a grandes rasgos, pero que implican todo un encadenamiento de sucesos que ponen en riesgo a la ciudadanía en general y procesos investigativos largos y tortuosos que podrían tardar mucho tiempo en resolverse.
Lo cierto es que no se trata de percepción, sino una realidad de que las calles no son tan seguras como antes. Sin importar que los crímenes sean por problemas familiares o personales, así como de bandas delincuenciales contra otras, la sociedad es la que está en el medio y las consecuencias pueden llevar a un inocente a estar en el lugar y momento inadecuado, o bien, alentar negativamente a otras personas a delinquir sabedoras de que hay altas probabilidades de no caer en las manos de la Ley.
En las actuales circunstancias las autoridades estatales y municipales se pondrán a prueba, tanto en la prevención del delito como en la investigación del mismo y en la contención de los malandros, los cuales andan sueltos en las calles esperando su oportunidad.
Hasta la próxima… @ojoguila
