Isaías Chanona Hernández
Cinco años han pasado desde que lamentamos la pérdida de una gran luchadora social, Nancy López García, originaria de la comunidad de Santa Cruz Pocitos, municipio de Atltzayanca, Tlaxcala, quien a sus 18 años, decidió continuar sus estudios universitarios la capital del estado siendo moradora de la casa del estudiante Tlahuicole. Rápidamente, destacó por su actitud alegre y afable, cualidades que la distinguirían durante su carrera como estudiante y activista.
Nancy López no tardó en unirse a la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez”, luchó por lograr mejoras y servicios para beneficiar a cientos de jóvenes del estado. Tras concluir sus estudios, su rumbo estaba claro: ayudar a los más desfavorecidos de Tlaxcala y del país. Con esta firme convicción, se unió de tiempo completo a nuestra organización, al Movimiento Antorchista en el municipio de Huamantla, donde se sumó a la lucha de los más desprotegidos de esa región, llevando obras y servicios para las colonias en el frente campesino y popular.
Quienes tuvimos el honor de conocer a Nancy y que compartimos los ideales, su camino político y su lucha, podemos testificar, que trabajó incansablemente por los pobres de Huamantla de manera desinteresada. Educó políticamente a sus compañeros y siempre estuvo al frente, sin dudar, cuando se trataba de luchar por sus derechos y mejorar sus condiciones de vida, siempre guiada por el movimiento Antorchista y los sabios consejos y guía de otro gran luchador social, del maestro Carlos Noé Sánchez Rodríguez quien fue fundamental en su carrera como luchadora social.
Pero el 14 de octubre de 2018, la vida de Nancy López nos fue arrebatada, cobardemente y arteramente, una luchadora social que no le hacía daño a nadie, sino, todo lo contrario, pero como todo Antorchista que dedica su vida a la causa más justa y genuina de este mundo que es la emancipación del pueblo, su legado sigue vivo en la memoria de todos aquellos que la conocieron y trabajaron a su lado. Nancy sigue viva en todo momento, a través de los logros que obtuvo en las colonias y pueblos donde desempeñó su labor. La memoria de nuestra querida Nancy sigue vibrante entre los antorchistas que hemos compartimos su ideal y su lucha por un país y un mundo mejor, y esto nos anima a continuar su tarea de organizar y educar al pueblo.
La lucha de Nancy no debe caer en el olvido. El quinto aniversario de su fallecimiento es una oportunidad para reflexionar sobre lo que hemos logrado, lo que aún queda por hacer y la responsabilidad que todos compartimos en la construcción de un futuro más justo.
La labor de Nancy en Tlaxcala, especialmente en Huamantla, no ha sido en vano. En el seno de Antorcha sigue viva, y año tras año, sigue siendo recordada como la gran mujer que fue. Como dice una de nuestras consignas: “Morir por Antorcha no es morir, morir por Antorcha es vivir”. Y la vida de Nancy López García es una prueba contundente de esto.
Nuestro estado y nuestro país están necesitados de personas comprometidas como Nancy, dispuestas a luchar por los más desfavorecidos del planeta, a educar a los pueblos y a trabajar incansablemente por un futuro más promisorio. La injusticia, la desigualdad y pobreza sigue en aumento, y el pueblo debe copiar su ejemplo para la construcción de un mundo mejor, que no solamente es necesario, sino posible.
