Tradiciones desfalcan a fieles pero aguantan

Severos gastos dejó en el bolsillo de la población la celebración de Día de Muertos que se conmemoran en los últimos días de octubre el 1 y 2 de noviembre

Por I. Carolina Campos

Las chicas o grandes ofrendas además de enflorar a los difuntos en los panteones repercute en la economía de las familias, pese a ello la gente continuará con sus costumbres y tradiciones sin importar los gastos que tenga que hacer.

Pero además también sale para los disfraces, refieren en entrevista para Ojo Águila dos jefes de familia de los municipios de Chiautempan y Contla de Juan Cuamatzi, nuestros entrevistados pidieron omitir su nombre, pues dijo uno de ellos que se quedó sin dinero y solicitó un crédito ante una casa de préstamo, pero sus pequeños no se quedaron con las ganas de portar el disfraz que querían.

“No quiero dar mi nombre no porque tenga algo que esconder, simplemente no me gusta, y menos que sepa la gente que por mis tradiciones me quede endeudado”, ríe y su amigo lo secunda al opinar también.

“A mi estás celebraciones me dejaron también sin dinero, gano poco y luego que hay que comprar para hacer el pan, que la fruta, que las ceras, las flores, los tamales, los dulces de calabaza y de pepita, el mole, y todo eso que ya estamos acostumbrados, pues si, se lleva su buen dinerito”.

Ambos trabajadores de una fábrica que se ubica en la carretera vía corta – Puebla, refieren que los disfraces de sus hijos no podían faltar en estos días, por lo que hicieron todo lo posible, y aunque uno tiene tres hijos y el otro cuatro, todos portaron su disfraz, pero eso sí, hecho a mano con materiales reciclados donde destacó la creatividad de la madre de familia quien le puso mente y mano para satisfacer el gusto de sus hijos por conservar la tradición mexicana.

“Mi esposa es quien se desveló para que mis hijos se vistieran disfrazados en los días de muertos. Yo puse el dinero para algunas cosas que necesitaba y ella reutilizó algunos materiales como vendas, cartón y otras cosas que tenía, pero eso sí, mis chamaquitos salieron a divertirse con sus amigos, claro nosotros detrás de ellos, no los dejamos solos con eso de que se pierden los niños, mejor no los arriesgamos…”.

“…Sí, se queda uno gastado y aquí mi cuate que hasta ya tiene un préstamo, pero eso de que dejemos perder nuestras tradiciones, no. Mientras yo viva y mis hijos quieran los voy a disfrazar, pero eso sí, antes pondremos nuestra ofrenda para nuestros muertitos. Nosotros hacemos el pan en el horno de mi papá que es de Cuauhtenco, desde el 28 de octubre ya comemos pan, nos reunimos los ocho hermanos que somos y ahí entre todos nos ayudamos y entre todos comemos”, refirieron y compartieron su gusto por las tradiciones.

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