SOCIOLOGANTE

Mtra. Elsa Martínez Flores/Columnista

Siempre me gustó Batman, el héroe que debe proteger a una ciudad de los delincuentes y psicópatas. Creado con alto grado de ficción, al final aparece como un mortal, carece de poderes que lo harían invencible tipo Flash o Superman, pero que destaca por otras virtudes.

Vulnerable a los golpes, oscuro, atormentado por un pasado y sin futuro personal, se convierte en un símbolo primero de venganza, más tarde, de esperanza no sólo para el lugar donde vive sino en el mundo.

Gótica es una representación de ciudades caóticas como Nueva York, Hong Kong, Londres, entre otras y asume que el sistema legal en ese lugar no es del todo transparente, pese a ello, se realiza la procuración de justicia vista desde una función manifiesta en la sociología, es decir, esta acción se convierte en una pauta objetiva, aceptada y conservada por los miembros de la sociedad que contribuye a la integración de la misma.

Sin embargo, la corrupción prevalece, policías, ministerios públicos y jueces no escapan a esta conducta, y de la oscuridad surge una persona que desea restablecer el orden en ciudad Gótica, por eso nace Batman, ícono que aparece de forma imprevista ante determinadas situaciones y que representa para los sociólogos la función latente, se convierte en una consecuencia objetiva que contribuyen a la adaptación social.

El hombre murciélago se convierte en investigador, aprende a observar el comportamiento de las personas y de qué forma ciertos grupos afectan a otros; el sistema social se torna complejo conforme se añaden más elementos al entorno del famoso personaje, mientras que él busca darle un orden y clasificación a lo que sucede para poder resolver los problemas.

Batman es representado como estudioso de varias disciplinas y también se convierte en dualidad: puede analizarse sociológicamente, pero a la vez, este personaje de la ficción, indirectamente ejerce la sociología a través en la forma en la que observa a Gótica desde un fragmento de esta ciencia si observamos que él es parte de un engranaje y una estructura, que Gotham City es en sí mismo un problema social que inicia por la manera en cómo se comunica y lo que proyecta.

Las reglas no pueden romperse, paradójicamente, Batman lo hace para que se reestablezca el orden y evitar que la Ley se quebrante. Se convierte en inspiración para la ciudad y para quienes lo leen, porque el mundo funciona de muchas formas, pero si lo analizas desde una teoría, por ejemplo, la de sistemas, él encaja perfectamente.

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