¿De verdad esto es la política?

Bernardino Vazquez Mazatzi

Escritor y Periodista

En teoría, la política es una ciencia y hay aventurados que aseguran que es también arte. Su estudio y análisis da de comer a mucha gente y muchos se dicen especialistas del tema y hasta hay quien por ello se atreve a llamarse intelectual; la política ocupa un gran espacio en todas las culturas y civilizaciones desde tiempos inmemoriales y con el paso de los años debió perfeccionarse, ser honorable y digna, suprema expresión de civilidad y argumento irrefutable de inteligencia.

En la práctica, ya sin los ornamentos de la academia y lejos de la idealización romántica, vista desnuda y escuchando su lenguaje soez, aceptándola como vecina, la política es la forma y el modo por el cual la mayoría de los seres humanos practicantes de la política se envilece y muestra su verdadera identidad y ambición. Por ella, por la política y sus consecuencias, muchas culturas padecen y seguirán padeciendo la errónea interpretación y práctica de esa “ciencia y arte”

En Tlaxcala padecemos las ocurrencias de las autoridades electorales que de la manga se sacan esa brillante idea, esa idea enorme de impedir la participación democrática de la sociedad en las elecciones de 2024 por cuestiones de género: sólo participarán mujeres en 10 municipios ¿y la equidad, la igualdad e inclusión que pregonan la política y la democracia? No permitir a varones ser candidatos es exclusión, es negar derechos, es desequilibrar la balanza que da igualdad a todos los tlaxcaltecas.

Es absurdo e inaceptable el rechazo a otorgar derechos en condiciones de igualdad y su origen parece provenir de instancias ajenas a la autoridad electoral que así se muestra subordinada a otros niveles de gobierno y, desde luego, parece ponerse al servicio de otros intereses muy alejados del tema político y electoral. Mal ha quedado la política en el estado por esa ocurrencia que obliga, más no da derechos y oportunidades, de participación a la mujer.

La política en estos días previos a la auténtica contienda del año próximo nos sorprende por los modos y las formas de los aspirantes a algo. Oiga usted, hay cada personaje formado… son decenas de hombres y mujeres que quieren la única silla en cada municipio, en el congreso y en los demás cargos en donde se gana mucho y se hace poco y mal o de plano, nada. Se ha registrado gente con cero experiencia y menos capacidad y muchos que quieren han pasado por la administración pública de noche o a quienes se les recuerda amargamente.

La sociedad ve con estupor y preocupación que muchos de esos anhelante y ambiciosos sujetos han estado en la anterior administración, y en la anterior de la anterior; juegan varias cartas y navegan con diversas banderas y les ha resultado positiva su habilidad de camaleones pues siempre logran aparecer en la nómina; la gente dice: siempre los mismos… aunque muchos, en vez de ser apoyo al aspirante, son su sentencia y castigo: dime con quién andas y no voy a votar por ti.

La política con la que se pretende construir la democracia es fea, o la han afeado. Nunca, ni en los sueños más honrados y sublimes, vamos a esperar o a creer que para las contiendas los partidos van a postular a los mejores hombres y mujeres: serán los recomendados, los compromisos, los acuerdos, las imposiciones y compadrazgos y quienes hayan pagado más. El pueblo sabe que en las direcciones y titularidad de las dependencias tampoco estarán los más aptos, profesionales y comprometidos.

Vienes días de guerras sucias (como si hubiera una guerra limpia), las traiciones por conveniencias, la compra de votos, el derroche de recursos oscuros, las deslealtades, las promesas vacías, las promesas y juramentos… nadie promete tanto como el que no va a cumplir… nos hartaremos de bardas, de canciones en perifoneo a todo volumen, nos ofrecerán direcciones en las áreas de la administración en los municipios, las mismas que les han ofrecido a otros tantos inocentes e ilusos votantes.

La política y los políticos ofrecen una comedía trágica y vulgar en estos días. Nos tenemos que tragar a fuerzas una alianza de tres partidos basada en el absurdo y los intereses que por diversos debieran ser irreconciliables, pero por los intereses mezquinos y de grupo, posible; nos atragantamos del show de MORENA en la elección de su candidata y segura presidenta de la república. Y nos solidarizamos con el desencanto de Marcelo Ebrad que se quedó sin pastel.

Y nos preocupa el nivel del mensaje y el discurso de la abanderada de la sopa de letras que está condenada a la derrota anticipada hasta por los que nada saben de política y que ni votan… nos da vergüenza el espectáculo deplorable del gobernador de Nuevo León, Samuel García y de su partido y sus líderes… neta, a poco de verdad esto es la política…

No hay pudor y sin embargo, hay que insistir en el buen comportamiento de la gente, pero más de los políticos y los gobiernos, digo, hay niños y oídos castos…

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