Agua potable, garantizar el servicio a precio justo

Por: José Orlando Isidro Ramos

Dirigente Estatal del Movimiento Antorchista en Tlaxcala

El agua es un elemento de primera necesidad para la vida humana, no sólo por la importancia vital para el cuerpo humano, también es imprescindible para el aseo de los hogares, la higiene personal y en la preparación de los alimentos. Pese a la importancia de este vital líquido en Tlaxcala 10 mil 900 personas que viven en 2 mil 949 hogares no tienen acceso al agua y un alto porcentaje de la población presenta serios problemas en el abasto a pesar de “contar” con el servicio.

Como suele suceder casi siempre, los sectores con menores ingresos son los más vulnerados por esta carencia ya que al proveerse de agua con particulares, por ejemplo comprando pipas o garrafones, afectan, en primer lugar, su escasa economía y, segundo, en estas circunstancias, ante la falta de una normatividad que garantice un nivel mínimo de pureza del líquido para la población, al utilizar agua contaminada para la higiene o en alimentos los consumidores quedan expuestos a infecciones en la piel, diarrea, cólera, disentería, entre otras muchas enfermedades, que en casos extremos pueden llevar a la muerte.

La escasez de agua potable es un problema que se agrava conforme pasa el tiempo, por lo que la población también se está radicalizando en su exigencia de suministro de agua ante las autoridades. Por ello, vemos con más frecuencia que vecinos de una misma comunidad o municipio se manifiestan cerrando importantes vialidades, tomando la sede de los organismos que regulan el suministro de agua o incluso con la detención de funcionarios, para ser escuchados y atendidos en su sentida demanda. Se realizan acuerdos entre peticionarios y autoridades para dar alguna repuesta inmediata al problema pero no se llega a ninguna solución que subsane el problema de fondo, se asienta la promesa de que “echaran” el agua lo antes posible pero al poco tiempo el problema persiste, así que se reactiva nuevamente la movilización social. Se crea así un círculo “vicioso” que los afectados deben romper pidiendo que las autoridades gubernamentales implementen políticas e inversiones que incidan realmente contra la falta de agua.

Por su parte las autoridades alegan la falta de pago de los usuarios, insuficientes recursos humanos y económicos, las altas cuotas del servicio eléctrico, el agotamiento de los cuerpos de agua, las malas condiciones del sistema de bombeo o de la línea de conducción e incluso, no falta la perorata de la corrupción de los “anteriores”, para justificar la falta de atención al abastecimiento del agua. Adoptan políticas de encarecimiento de las cuotas de agua, costosos contratos o el condicionamiento de otros servicios públicos a partir de presentar los recibos de pago puntual. Buscan solucionar la escasez de agua encareciendo el servicio a la población, medida que tampoco ha dado resultados y sólo ha exasperado aún más a los usuarios.

En la gestión cotidiana que realiza el Movimiento Antorchista, en el marco de nuestras Garantías Constitucionales, se han generalizado las demandas por un mejor servicio de agua potable: descuentos en pago de cuotas y contratos, exploración y construcción de nuevos pozos de agua potable, cárcamos, tanques elevados, mantenimiento de la red y válvulas, etc. Hasta la fecha sin avances sustanciales. Los antorchistas hemos emprendido una campaña de regularización y pago puntual para evitar las recriminaciones de las autoridades respectivas y con ello dar lugar a una justificación a su negativa por atender nuestras peticiones.

Solicitar precios más bajos sobre el servicio del agua potable no implica ningún privilegio o favoritismo de algún tipo, no es sino la oportunidad de que, dado los bajos ingresos de la mayoría, todos contribuyan en el costo del servicio, pues siempre es mejor que muchos paguen poco a que pocos paguen mucho. No puede ser tampoco un exceso solicitar que se invierta en mejor infraestructura para el abastecimiento de agua y que ésta debe de provenir de una acción coordinada de los diferentes niveles de gobierno.

Nos dirigimos a una crisis severa por la escasez del agua, por eso es necesario que la sociedad tlaxcalteca promueva una cultura de conservación y cuidado del agua, pero sobre todo que exija acciones gubernamentales que permitan hacer un uso sustentable del agua como por ejemplo promoviendo la reforestación de áreas verdes, evitar desagües de aguas negras en ríos y lagos canalizándolas a plantas de tratamiento, implementar sistemas de captación de agua pluvial, ejecutar proyectos de aprovechamiento de pozos y mantos acuíferos mediante sistemas de bombeo con suministro de energía mediante paneles solares, hacer efectivo el control de la calidad del agua para consumo humano, en fin, medidas que permitan reducir el consumo de los recursos hídricos con los que cuenta el Estado mediante un mejor aprovechamiento e incrementando la captación del recurso hídrico. Es en este sentido en que están planteadas las demandas de los grupos antorchistas, de la respuesta depende no sólo la subsistencia de los interesados, depende incluso la de los enajenados y refractarios a nuestras peticiones. Está en manos de las autoridades abatir los graves `problemas del agua, las municipales en primer lugar, pues son los primeros en enfrentar la inconformidad social, ¿o no?

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