¿Gato por liebre?
La Pluma Más Rápida
Todo ha sido albricias en el proyecto para construir la nueva presidencia municipal de Chiautempan. Bueno, de hecho, el municipio nunca ha tenido una presidencia propia, pues el edificio que fue usado durante años es un patrimonio histórico que no se puede modificar ampliamente para hacerlo más seguro y funcional.
Entonces, el proyecto estrella de la presente administración es el edificio que se construye en la calle Progreso, entre Reforma y Centenario, en el cual se están invirtiendo en una primera etapa 21 millones de pesos – de los poco más de 50 que constará por completo – y tiene el visto bueno de la Secretaría de Infraestructura del Estado.
Sin embargo, hay letras chiquitas en el contrato de “donación” que el alcalde Gustavo Jiménez acordó con la familia Arenas Guerra, propietaria de la nave industrial en desuso, que pondrían en riesgo el patrimonio público. Y es que esas letras chiquitas establecen que la donación es exclusiva para las instalaciones de la presidencia municipal, pero sería motivo de revocación del acto jurídico, si el inmueble se destina a otro fin. O lo que es lo mismo, el particular recuperaría el inmueble con todo lo invertido, sin más ni más.
Eso es casi un gato por liebre. O, en otros términos, “el rico siempre humillando al pobre”. De entrada, parecería un balazo al pie que el próximo alcalde o alcaldesa decidiera no utilizar la nueva presidencia como tal, pues prácticamente ya no hay otro lugar donde despachar sin pagar onerosas rentas; sin embargo, hay autoridades que toman cada decisión y sobre todo, de revanchismo, pero en Chiautempan todo puede pasar.
Pero hay otro asunto delicado. Dentro del mismo ayuntamiento y Cabildo lanero, dan pocas posibilidades de que en la presente administración municipal morenista se concluya por completo la nueva alcaldía que, en su plano, incluye una especie de pasaje comercial. Luego entonces el proyecto quedaría en obra negra y correspondería a la siguiente administración concluirla por completo.
Empero, ¿con qué ojo$$$? Todo quedará a la buena de que el Gobierno del Estado decida seguir aportando lo necesario para su culminación y, más importante, que funcione al 100 por ciento, pues las instalaciones internas, detalles y acabados de un edificio terminan costando casi igual que la construcción del esqueleto.
Por el bien de los chiautempenses, ojalá haya transparencia en lo que se apuesta para ese enclave al que nadie quiere ver como un “elefante blanco” y, menos, que vuelva a manos del particular por acuerdos poco ortodoxos.