Hace ya tiempo que se exhibió una película llamada “El Perfecto Asesino” (Jean Reno), la trama se centraba en que el personaje principal se dedicaba al asesinato de personas (sicario); este personaje en una de las escenas manifestaba que tenía ciertas reglas y una de ellas, para él la más importante, era respetar la vida de mujeres y niños.
Quiero pensar lejos del hecho que, según mi parecer, estaba mal lo que hacía, pero dejó claro que había honor en el trabajo que realizaba y que era respetar la vida de mujeres y niños.
El día de ayer sucedió algo inconcebible, el asesinato de mujeres y niños en una ciudad de nuestro país; la descripción que hacía una de las personas que estuvo en el evento y que pudo observar con mucho dolor cómo habían sido asesinados niños y mujeres de su comunidad, me dejó anonadado.
A más de sentir un dolor inmenso, hacía un llamado al gobierno al cual le preguntaba por qué no habían atendido el llamado que ellos habían hecho.
Y en palabras más, palabras menos, decía que ya no puede pasar mas esto que somos 120 millones de mexicanos y que nosotros teníamos que cambiar las cosas, y que le dieran al menos con que defenderse. En noticias posteriores lo extraordinario es que en las encuestas preguntaban que preocupaba más en nuestro país la mayoría dijo que era la economía, y que en cuestiones de seguridad, nosotros el pueblo de México ya nos habíamos acostumbrado a la violencia.
En verdad eso está pasando, ya nos acostumbramos a la violencia, es que ya la vida no tiene valor o vale muy poco. Lo que sucedió debe dejarnos claro: “Existe una gran indiferencia que podría yo llamar “Indiferencia criminal” por parte de nuestras autoridades.
Me decía alguien muy cercano a mi cuando la violencia en el norte estaba desatada, que lo peor que puede pasarnos es acostumbrarnos a ella, pues así lo dicen las encuestas.
Vaya pues una reflexión:
¿Seguiremos haciendo encuestas o seremos parte de las encuestas?
Ingeniero Antonio Lima Flores
