El pensamiento crítico aplicado al medio ambiente

RODRÍGUEZ-MALDONADO, J. J. R; ARANA-HERNÁNDEZ, Ma. S. y CALDERÓN RODRÍGUEZ, P.M.

UNA APROXIMACIÓN AL PENSAMIENTO CRÍTICO

El pensamiento ocurre como producto de un complejo sistema de interacciones, llamado cerebro y de las interacciones que el animal racional establece con su medio.

Una definición formal de pensamiento puntualiza que este es el conjunto de ideas propias, de una colectividad y/o de una época. El adjetivo crítico se define como: análisis pormenorizado de algo y valorarlo según los criterios propios de la materia en tratamiento, así como producto de un planteamiento intelectual, del análisis, interpretaciones, problematizaciones racionales y afectivas, de las manifestaciones de la realidad, sus procesos, manifestaciones e ideas[1].

Otra acepción más agrega: el pensamiento crítico (PC) se basa en la práctica de analizar y evaluar el pensamiento propio o de otra persona, con el objetivo de mejorarlo[2]

Practicar cada día el pensamiento crítico, presupone conocer los elementos del pensamiento, y los estándares intelectuales universales, desencadenar el lado creativo del PC y reestructurar el pensamiento en sí, para llegar a generar cuestionamientos, juicios y propuestas enfocados a la promoción de cambios y evolución en beneficio personal y de la humanidad.

Con estas definiciones, la población constituida en todos los sectores, tienen la capacidad de pensar de forma crítica y actuar en consecuencia; de forma particular en el ambiente familiar, escolar, público y/o privado, sin embargo, no es así.

Esta habilidad de practicar el pensamiento crítico de lo que se piensa, quiere, dice, ve, oye y hace, está alejado de la población mexicana en lo general y, en lo particular de la población tlaxcalteca; tanto en el ambiente casero, como en la escuela, el trabajo y las relaciones sociales, políticas, económicas, culturales y hasta de alguna práctica religiosa.

Para agregar más complejidad no basta ser un ente, el cual practica el pensamiento crítico, es necesario actuar en consecuencia, tratar de ser, y luchar para ser congruente con las emociones, pensamientos y acciones. Y no permitir, en la medida de lo posible, dejar manifestar las personalidades múltiples, al ser disímiles entes en diferentes ambientes, y atrapadas en un solo cuerpo todas las personalidades creadas (fragmentado).

EL RECURSO HÍDRICO EN EL ESTADO DE TLAXCALA.

Una vez enterados que cada animal racional posee este don: PENSAMIENTO CRITICO y comenzar a practicarlo de manera pro-activa, pasemos a revisar los retos ambientales heredados del 2017 y que nos saludan en el nuevo 2018. De forma particular en el estado de Tlaxcala.

Los estudiosos del medio ambiente lo definen como el sistema conformado por el bloque agua, bloque suelo, bloque aire, bloque biodiversidad y el bloque contaminación. Al emplear un lente de mayor aumento, enfocamos el bloque agua en el estado de Tlaxcala.

Desde la geografía como disciplina, nos aclara que el estado de Tlaxcala presenta una región con elevaciones en la parte norte, un corredor de planicies del noreste al suroeste y una región de elevaciones en la parte sur, lo que coadyuva a que la distribución del recurso agua, sea de manera no-uniforme en la superficie estatal, aunado al hecho de que la mayor concentración de la población estatal se asienta en la parte centro-sur del estado y con ello, generar una desafiante relación población-recurso hídrico.

En este sistema binomial la población es la que impacta de forma negativa al recurso, por ende, quien paga sus excesos con enfermedades en un extremo y hasta con la vida, en el otro, principalmente dos sectores más vulnerables de la población: niños y adultos mayores.

En el contexto nacional, el estado de Tlaxcala se encuentra en el grupo de estados con la menor dotación de agua en hogares[3].

Para sumar a este escenario negativo del animal racional, se calcula que el agua disponible en el país en el 2030, alcance la cifra de 3,800 litros de agua por persona[4]

Ahora cuestionemos, empleando el pensamiento crítico, otro sub-sistema ligado al recurso hídrico: las acciones gubernamentales estatales desde la Coordinación General de Ecología (CGE), creada para conocer, resolver y minimizar los retos en materia ambiental.

Hasta el 21 agosto de 2018, registra su estructura u organigrama con una dirección de planeación y evaluación; un área administrativa; una dirección de operativa; una dirección de normatividad, inspección y gestión social; un departamento de conservación; el jardín botánico de Tizatlán; un departamento del parque nacional Malinche y un departamento de recursos faunísticos.

Trabaja programas y apoyo como el acopio de aceite comestible usado, acopio de llantas y acopio de pilas y baterías.

Y en el tema de educación ambiental desarrolla a través de talleres el tema de ocoxal, reciclado de papel, composta, injerto de plantas, poda de árboles, cuidado del agua, video conferencias y platicas del medio ambiente.

Estos temas alejan a la CGE de un tema toral: el recurso hídrico en los 60 municipios del estado de Tlaxcala.

HUELLA HÍDRICA (HH).

Frente al desinterés, poca aplicación y hasta incapacidad del aparato gubernamental federal, estatal, municipal y hasta local, con respecto a ejecutar acciones a favor del uso y conservación inteligente del recurso hídrico, lo que compete a la población es: ejercitar y poner en práctica la habilidad del pensamiento crítico y; se cuestione la magnitud de su huella hídrica, es decir; su patrón de consumo del agua que emplea en su vida diaria, para hacer conciencia y por ende cuidado del recurso hídrico. Si esta HH excede la media nacional de 1,441m³/per cápita/año (2012)[5]; en consecuencia pensar críticamente y actuar en consecuencia para disminuir el consumo irracional y desmedido.

Emplear metáforas desde la ciencia ficción algún ego creería que es una estupidez, sin embargo, es lo más práctico y viable para interactuar con escenarios ya creados; como muestra el caso de Cap Town (Ciudad del Cabo), la segunda ciudad más poblada de Sudáfrica y destino turístico internacional, cuya fecha fatídica 12 de abril, 2018 se acabara el suministro de agua para sus habitantes (día cero)[6].

En sus zonas marginadas, ya viven desde hace tiempo -como su cotidianeidad- el día cero, sumándose a los grupos vulnerables y ser los primeros en quedarse sin agua y tal vez morir. Por lo que también deben ser los primeros en habilitar su pensamiento crítico frente a este contexto restrictivo. Sin duda, la educación ambiental se suma como un arma poderosa para concientizar, informar, sensibilizar e instruir a esta sociedad para sobrevivir al escenario apocalíptico que se anuncia y determina, en este momento en Cape Town.

Finalizamos desde esta realidad, estimado lector, con esta interrogante: ¿en su casa están preparados para una crisis de esta magnitud?, ¿y en su colonia?, municipio? y en su estado de Tlaxcala?, habilite y permita a su pensamiento crítico y autónomo responder el cuestionamiento.

[1] Saladino, G.(2002).II Soc.-UNAM. México. http://conceptos.sociales.unam.mx/conceptos_final/506trabajo.pdf. Feb. 2, 2018.

[2] Paul,R y; Elder,L.(2005). Estándares de competencia para el pensamiento crítico. Ago. 21, 2018

[3] La respuesta está en la naturaleza. (2018, 57) En, H₂0 Gestión del agua. No.19. Revista auxiliar de difusión del Sistema de aguas de la Cd. de México (SACMEX). Jul-Sep.

[4] Veolia.com.mx (23 agosto, 2018).

[5] AgroDer. (2012). Huella hídrica en México en el contexto de Norteamérica. WWF.

[6] BBC. Mundo. http://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-42742476. 20 feb, 2018.