¿Y la Secretaría de Cultura?

Bernardino Vazquez Mazatzi

Escritor y Periodista

 

Era muy bonito para ser cierto. El anuncio de que la Secretaría de Cultura del gobierno federal se instalaría en Tlaxcala fue una excelente noticia. Se dijo que sería la primera dependencia que se descentralizaría y que sería el ejemplo de eficiencia, eficacia, transparencia, resultados y de cómo habrían de operar las demás instituciones gubernamentales que iban o ya fueron instaladas en estados del interior de la república. En el discurso todo era excelente pero al paso de los meses la comunidad cultural estatal y nacional se pregunta: ¿y la Secretaría de Cultura?

Para quienes no han pisado recientemente el edificio que fue ¿o sigue siendo? Sede del Instituto Tlaxcalteca de la Cultura en la avenida Juárez de la capital tlaxcalteca, se les informa que ahora está más vacío y solo que antes. Ahí no despacha la titular de esa dependencia federal, Alejandra Frausto, y el personal que se cree es, o que parece o debiera ser, la que está a su mando, no tiene información respecto al paradero de la funcionaria, de cuándo o cada cuando podría estar ahí, de cuáles son sus actividades en México y en Tlaxcala e ignoran de programas, proyectos, certámenes, financiamientos, apoyos, becas y de todo cuanto debiera ser su obligación dar a conocer.

Los artistas tlaxcaltecas tenían muy amplias expectativas por el funcionamiento de una institución federal en nuestro estado. Seguramente, pensaron, tan alta distinción vendría a poner fin a la mafia cultural aferrada al sistema, eliminaría el trato déspota de las autoridades culturales del estado, terminaría con el favoritismo en la entrega de los apoyos a los creadores, abriría los espacios públicos estatales y municipales para la exposición del arte, conectaría la oferta y la demanda de las manifestaciones artísticas dentro y fuera del estado y proyectaría como nunca la cultura y la producción de quienes tienen la sensibilidad para expresar todas las formas de arte.

Hasta este momento no hay siquiera un resquicio por dónde observar un cambio en la política cultural nacional y estatal. El ex edificio del ITC se mantiene como un elefante blanco y las actuales instalaciones de esa dependencia estatal funcionan tan mínimamente que los funcionarios locales ya no saben qué inventar para hacer llegar gente a Apizaquito. Público general y creadores creen que no hay nada a qué ir.

En materia de cultura Tlaxcala está muy mal. Cualquier escritor, músico, pintor o ejecutante, o al menos aquel que no tenga conectes o padrinos en el poder, jamás podría acceder al financiamiento público, por muy bueno que sea. Buscar apoyo en los municipios, sea en el propio o los colindantes, es un error y pérdida de tiempo. Los espacios de las direcciones o secretarias de cultura en los ayuntamientos están ocupadas por amigos, recomendados y gente ajena al área pero que son el cumplimiento de compromisos de campaña o pago de cuotas políticas. No existe presupuesto municipal para cultura ni hay un programa anual de actividades. Salvo honrosas excepciones como Huamantla, Tlaltelulco y Tetlanohcan y uno o dos municipios más, el resto de las comunas carecen de actividades culturales.

Recientemente el INBAL dio a conocer el nombramiento de La escritora, economista y traductora literaria, Cristina Rascón Castro como titular en la Coordinación Nacional de Literatura quien “impulsará un trabajo de promoción de la literatura en sus diferentes ámbitos, así como diversas prácticas de escritura, el diálogo intergeneracional, el reconocimiento de la literatura en lenguas indígenas, así como el vínculo de la literatura con muchos campos de la vida social y la educación” en el discurso eso es fenomenal, pero en la realidad, se preguntan los literatos, qué ganamos los escritores. Tan lejos están la Secretaria de Cultura y el INBAL de los verdaderos autores…

La comunidad artística tlaxcalteca y la nacional tienen mucho que ofrecer. Lo están ofreciendo y exponen y expresan su obra. Los artistas no dejan de producir y la demanda por actividades culturales y artísticas es creciente, pero no hay sensibilidad ni apoyo institucional. Los foros públicos se están pudriendo y la ausencia de la cultura se nota en la sociedad ¿Y la Secretaría de Cultura?; bien, gracias.

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