Una evaluación ambiental de Tlaxcala es urgente

Para los ingenuos que esperan nuevas acciones de los diferentes grupos políticos, sean estos denominados de forma despectiva viejos y los denominados de forma despectiva jóvenes, olvidan la historia del estado de Tlaxcala y las diferentes administraciones de escala estatal.

Han sido 46 gobernadores constitucionales del estado de Tlaxcala desde el Lic. Guillermo Valle primer gobernador en 1857 a la actual Lic. Lorena Cuellar Cisneros en el 2021, en 164 años, con diferentes escenarios espacio-temporales, no han sido suficientes para resolver uno solo de los retos ambientales que enfrenten los ecosistemas presentes en el territorio estatal y su interacción con la población (Agenda estadística, 2015).

En enero del 2022, como un pago de cuota política se nombra como potencial responsable de los temas ambientales al Lic. Luis Ramírez Hernández (e-consulta, 2021).

En su página electrónica Tlaxcala una nueva historia, no existe un responsable de los temas ambientales (11 enero, 2022). Lo cual sugiere el nivel de compromiso e interés por este conjunto de temas, por parte de la administración estatal. Aunado al hecho de que los responsables administrativos cobran por hacer su trabajo.

Empleando el pensamiento crítico para acercarnos a este tema, se requiere de los expertos, no políticos, para concebir al ambiente como el conjunto de interacciones entre los bloques: el bloque agua, bloque suelo, bloque aire, bloque biodiversidad (flora y fauna) y el bloque contaminación.

Ya que cada bloque en particular, demanda de uno o más estudiosos: biólogos, hidrólogos, químicos y ecólogos para el bloque agua; pedólogos, geólogos, edafólogos y ecólogos para el bloque suelo; meteorólogos, climatólogos, químicos atmosféricos, médicos, neumólogos y ecólogos para el bloque aire; biólogos, veterinarios, zoólogos, botánicos y ecólogos para el bloque biodiversidad; y biólogos, químicos, médicos, neumólogos, psicólogos ambientales, antropólogos y ecólogos para estudiar y atender el bloque contaminación.

Por ello, el tema del ambiente no puede y no debe ser atendido por políticos, debe ser atendido por grupos interdisciplinarios y el político podría administrar y gestionar la política a seguir, si ésta existe, en materia de los ecosistemas presentes en el estado de Tlaxcala.

Años atrás (1992) el Dr. climatólogo Walter Ritter Ortiz del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, con su investigación, nos informó de la presencia de al menos 11 microclimas y, 11 ecosistemas presentes en el estado de Tlaxcala (W. Ritter Ortíz; S. Guzmán Ruíz, R. Salvatierra Fierro).

Aunado a estas investigaciones, estudiantes de nivel licenciatura, maestría y doctorado han realizado otras como sus temas de tesis, para los 5 bloques del ambiente: agua, suelo, aire, biodiversidad y contaminación. Es a través de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, centros de investigación y las diferentes instituciones de educación universitaria del país y extranjeras, que se avanza y se preparan recursos humanos afines al tema referido.

Destaca la ausencia de un estudio de biodiversidad, en el cual no se consideró al estado de Tlaxcala y sí se elaboraron estudios en 22 estados del país, tal vez por descuido, distracción y/o claro desinterés en el tema y su problemática (Conabio, 2022).

Este primer grupo de investigaciones y enfoques científicos, centra al ecosistema, al ambiente y sus bloques como el tema principal a investigar, conocer y administrar.

Un segundo grupo de investigaciones centra a la relación animal racional-ambiente como el eje a investigar, conocer y mejorar.

En este segundo grupo destacan las aportaciones desde la psicología ambiental, donde lo relevante es la percepción ambiental del animal racional hacia los elementos de la naturaleza y sus acciones a favor o en contra de la misma.

En este grupo de investigaciones es donde se preguntan los científicos acerca de la Evaluación Ambiental (EA), y ya se ha reconocido que este es un proceso donde juzgo el valor de los estímulos ambientales.

Posteriormente reconozco mi interacción con el entorno y genero impresiones de este entorno. Y doy paso a un proceso de evaluación como la elaboración de impresiones personales.

Donde se incluyen 1.- La calidad del ambiente (Índices de calidad ambiental), 2.- valoración estética del entorno (preferencia de paisaje), 3.- satisfacción con el lugar donde vivimos (satisfacción residencial), 4.- un entorno peligroso (percepción social del riesgo) y 5.- evaluación de la relación con el medio ambiente (actitudes ambientales).

Interacciones en el cerebro del animal racional que se dan de manera individualizada en cada miembro del ecosistema y por ende en cada miembro del grupo social en interacción con el ecosistema, en cada localidad, ciudad, municipio, y en el territorio del estado de Tlaxcala.

Cuando hablamos de la valoración ambiental hablamos que cada cerebro genera un conjunto de actitudes ambientales y por ende, se generan conductas, reconocidas en tres grupos: a) de significado ambiental, b) de cognición ambiental y, c) de percepción ambiental.

Tres grupos de conductas, que interactúan y transforman mi valoración ambiental en un ciclo permanente.

Es decir, una evaluación cuasi política del ambiente del estado de Tlaxcala es bienvenida, pero y, altamente estéril.

Bibliografía.

Agenda estadística (2015). Gobernadores del estado de Tlaxcala 1857-2011. galeria_gobernadores (tlaxcala.gob.mx). 11 enero, 2022.

Conabio. (2022).Estudio de los estados.  Estudios | Biodiversidad Mexicana. 12 enero, 2022.

e-consulta.com. (2021).Secretario de medio ambiente comienza a conocer Tlaxcala. Secretario de Medio Ambiente comienza a conocer Tlaxcala | e-consulta.com Tlaxcala2022 (e-tlaxcala.mx). 11 enero, 2022.

Valera, S. (2022). Elementos básicos de la Psicología ambiental. Elementos básicos de psicología ambiental | Psicologia ambiental (ub.edu). 10 enero, 2022.

1. Ritter Ortiz; S. Guzmán Ruíz, R. Salvatierra Fierro (1992). Localización microclimática de zonas óptimas para la introducción del cultivo de la soya en el estado de Tlaxcala. Atmósfera, pp.169-179