Tragedia ecológica en la Malinche; arrasan el bosque

Zahr Zuleiman

La mañana de este jueves 7 de mayo acudimos al llamado urgente de ciudadanos tlaxcaltecas, que alarmados, denuncian ecocidio en el Parque Nacional la Malinche.

El escenario encontrado es en verdad desolador: decenas y decenas de árboles jóvenes, la inmensa mayoría sanos, han sido talados, cortados para servir de leña, murillos y tapias, o simplemente erradicados para crear espacios de cultivo.

Este triste panorama se observa en las faldas de muestra montaña, de cualquier municipio que la circunda; nosotros subimos por Chiautempan, específicamente por Cuahuixmatlac, donde la tala es realmente alarmante. Ya nos lo habían hecho saber los vecinos y los activistas en temas ecológicos.

En nuestro ascenso encontramos a mucha gente que sube a caminar; muchachos, niños y adultos se ejercitan. Les preguntamos qué pasa con el bosque y responden enojados con las autoridades de ecología municipal y estatal: no hacen nada, nos les importa la naturaleza, no actúan a pesar de ser alertados de lo que llaman tragedia en el bosque.

Pero también encontramos dos camionetas tipo pick up cargadas de troncos y ramas verdes. Los hombres habían cortado árboles sanos y jóvenes y ahora los llevaban a la “civilización” para servir de leña. Los activistas calcularon que fácilmente trasladaban entre siete y diez árboles de tamaño mediano.

Pronto llegamos al punto que preocupa a vecinos y ecologistas, una gran extensión de bosque ha desaparecido. De él sólo quedan huellas de troncos mutilados que asoman del suelo. El aserrin acusa que para matar esos árboles usaron motosierra; únicamente dejaron unas pocas ramas diminutas.

La gran mayoría de los ejemplares eran sanos, dicen los expertos. Y nos explican que hay una plaga de gusano descortesador que está causando un grave e irreversible daño a ocote en la zona, fenómeno que no está siendo atendido por la Coordinación Estatal de Ecología ni por las direcciones del área de los municipios aledaños, en este caso, la situación es ignorada por la dirección de Chiautempan.

Nos señalan unos árboles de la misma especie, ocote, marcados con pintura verde, y dicen que ignoran quién y para qué los señaló; esos árboles no están enfermos pero seguramente serán derribados por nadie sabe quién.

El panorama es triste, desolador; se siente coraje e impotencia, señalan nuestros guías. Para entonces ya nos acompañan algunos lugareños que también rechazan esta tala ilegal y también denuncian desinterés e incompetencia de las autoridades.

Todos coinciden en que no hay quien frene a los talamontes ni hay para cuando termine este crimen ecológico. “No hay ley ni conciencia ni amor por la naturaleza; la Malinche agoniza por culpa del gusano descortezador, por los talamontes y por la indolencia de los gobiernos estatal y municipal”

Lo cierto es que en nuestra montaña madre se está llevando a cabo una verdadera tragedia ecológica y nadie, absolutamente nadie hace algo para frenarla.

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