Bernardino Vazquez Mazatzi
Escritor y Periodista
Varios son los temas que dominan el escenario local y no precisamente se refieren a logros reales o supuestos. En las reuniones de café se habla de política y de políticos, de inseguridad, de gobiernos estatal y municipal… de resultados, buenos o malos. Los futurólogos están muy ocupados y revisan su bola de cristal anticipando triunfos y derrotas, mencionando personajes en campaña; se dicen bendecidos con la verdad y poseedores de la razón.
Lo cierto es que, se dice, en Tlaxcala la filosofía de la 4T, hasta el momento, ha quedado en buenas intenciones. Comentan que los mismos de siempre, con mañas renovadas, tomaron por asalto a la actual administración y han secuestrado un proyecto que en su momento fue creíble, creído y posible. Los aduladores mienten y hacen creer que todo está bien, que todo es orden y armonía, que nada se puede ni se debe cambiar. La realidad se impone.
Ciertas o no las versiones de pérdida o cuando menos confusión en el rumbo, los que dicen que saben dicen que para MORENA se complica el escenario en las próximas elecciones y que se vive y percibe un cada vez mayor desencanto social. Muchos creen que la realidad que vive Tlaxcala está muy lejos de las expectativas creadas y de las necesidades urgentes. El tema del trenecito, sin duda, ha llegado a polarizar aún más la opinión general y a debilitar la credibilidad institucional; un gran sector de la población cree que lo del tren de feria es una broma y los demás aseguran que jamás se hará realidad.
Otro tema que es de atención general es el de los linchamientos y el del control del consumo de alcohol. A pesar de crear protocolos para prevenir y atender el primer asunto, los recientes acontecimientos violentos masivos terminaron en la muerte de los afectados. San Pablo del Monte y Apizaco son la cruel prueba de que no funcionan las buenas intenciones de frenar los asesinatos en bola. Simplemente el fallo es evidente y contrasta con el discurso oficial. Si bien lo de Apizaco fue pleito también fue ataque en masa. Y resultó fatídico.
Lo del alcohol es también un catálogo de buenas intenciones pues principalmente los jóvenes, siguen adquiriendo y consumiendo bebidas embriagantes en prácticamente cualquier lugar a todas horas y en muchas cantidades con las consecuencias negativas y absurdas que ello trae. Nos enteramos de cómo estudiantes de la zona de Chiautempan y Zacatelco se agreden de forma irracional bajo los efectos del alcohol. Esta ley no está funcionando o alguien o algunos no están haciendo su trabajo. La preocupación es mayor cuando se percibe que no hay estrategias para revertir las adicciones en la juventud ni frenar linchamientos que generalmente, terminan en muerte.
La sociedad en estos momentos está observando, y critica y analiza. Muchos o algunos, se preocupan. Concluyen que en algunos casos la presencia de malos gobernantes en los municipios representa una verdadera tragedia, un fracaso, un error. Algunos alcaldes han perdido el rumbo y otros ni siquiera lo han encontrado y hasta ignoran que había un rumbo. Chiautempan es un caso patético, monumento al absurdo, ejemplo de lo que no debe ocurrir y hay un coro que grita: muchas gracias por su caprichito, MVZ Alfonso Sánchez Anaya; a ver cuándo nos regala otro detallito como este.
Asombra el entreguismo de la mayor parte del cabildo a las ocurrencias del secretario del ayuntamiento que como cualquier dictador, busca someter a su arbitrio y estado de ánimo la libertad de expresión, derechos y voluntad del colegiado y, por ende, del pueblo. Se les olvida que ese funcionario es empleado del pueblo, es trabajador, asalariado; no es autoridad, nadie lo eligió para estar en el municipio, no es nadie para imponer normas ni leyes y no es dueño ni siquiera de la silla en la que sienta. El pueblo que tiene malos gobiernos no es víctima, sino cómplice.
Y entre las pláticas de café, reuniones familiares y ferias de pueblo está el tema de las próximas elecciones. Y se habla de candidatos, de aspirantes, de suspirantes, de alianzas y deslealtades. Y aunque usted no lo crea, muchos de los que quieren son los mismos, los eternos anhelantes. Y claro, hay nuevos rostros, pero con pocas o nulas posibilidades porque las candidaturas no son para los mejores ciudadanos, sino para los recomendados, los ahijados, compadres e intereses ajenos. Chiautempan es el más cruel ejemplo.
Todos los que quieren dicen tener seguro el triunfo, algo así como que creen que del resultado de las elecciones venideras van a salir como 300 presidentes para el municipio. Se dicen bendecidos por AMLO, por EBRAD, por CLAUDIA, por ALFONSO o por la gobernadora. Y unos cuantos creen, inocentes, que por otros colores y siglas van a ganar nomás porque están guapos. Claro que en MORENA la cantidad de deseosos es mayor: ahí hasta el perro y el gato están formados.
Lo cierto es que los electores están encabronados y dicen que esperan a los candidatos morenos para preguntarles por qué tanto silencio cómplice y alcahuete mientras el municipio (cualquiera) se caía a pedazos. Las campañas se han adelantado. Pasando Semana Santa el grillero será insoportable.