Isaías Chanona Hernández
“Ninguna ciencia, en cuanto a ciencia, engaña; el engaño está en quien no la sabe” decía Miguel de Cervantes Saavedra, creador del personaje de la triste figura y gran valor. Y en efecto, esta frase expresa la verdad en la ciencia y quien carece del conocimiento sobre lo que esto implica, queda imposibilitado de conocer la verdad y, por lo tanto, sorprendidos de las consecuencias que está conlleva.
El 8 de septiembre del presente año se dio a conocer el Paquete Económico para el Ejercicio Fiscal 2023 y las esperanzas para los pobres de nuestro país siguen esfumándose al denotar la falsedad que se muestran, no solo en las mañaneras, si no incluso en documentos oficiales carentes de todo análisis, conocimiento y verdad.
En la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, los pronunciamientos sobre las prioridades nacionales viraron en torno a poner la lupa principalmente a todo el pueblo mexicano y en atender rubros indispensables como la salud, la educación, la seguridad, el bienestar y la necesidad de invertir en sectores prioritarios para acrecentar la macroeconomía que permita gastar lo necesario principalmente en beneficio de la gente. Buenos deseos todos, pero el documento no canta igual. Mentiras, cuentas alegres y cálculos errados son lo que nos encontramos en el documento.
El primer elemento con el que nos encontramos es el de la iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal del 2023 en el que se muestran pronosticaciones de ingresos presupuestarios del sector público (PEMEX, FMPED, tributarios, CFE, ISSSTE, IMS, etc.); un panorama del entorno económico internacional y nacional (en el cual, sin objetividad alguna, dice que no hay indicios de recesión económica en EEUU, nuestro socio principal; habla de una contención de la inflación gracias al Paquete Contra la Inflación y la Carestía) en el cual Hacienda menciona que creceremos el 3% el año próximo, cuando la encuesta de Banxico publicada el 1° de septiembre pronostica que no creceremos ni el 1.4%; espera igualmente que la inflación para el próximo año sea de 3.2%, elemento que no se podría leer aisladamente, pues cerraremos el año con un 7.7%. Estas estimaciones deberían ser lo más acertadas posibles, pues entre más inflación haya, resulta en mayores tasas de interés y, en consecuencia, en un mayor costo financiero de la deuda del gobierno. En fin, el panorama que tienen de ingresos para el ejercicio fiscal son castillos en el aire, fantasía pura, elementos con nulo contenido científico.
El segundo elemento es el del Proyecto de Decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal de 2023 que presentaría un incremento de 11.6% respecto al de 2022, pero con una proporción menor en 2.2% del gasto programable, lo que disminuiría el presupuesto para bienes y servicios, mientras que el 63.7% de todo el presupuesto de egresos de lo llevan el gasto federalizado, el pago de pensiones y el costo financiero de la deuda.
Para el sector salud, la primera prioridad de la Cámara, se otorgará un 10.5%, insuficiente para la realidad actual de pandemia y desabasto médico. Para la educación la situación empeora, pues se programa un presupuesto muy por debajo de los niveles de 2016 a 2021, el 11.4% del PPEF. Comparado con el de 2022 el incremento es de 44 mil 272 mdp, pero el 88.8% de ese aumento se destinará a los incrementos salariales de La Escuela es Nuestra y en apoyos a los centros y organizaciones vinculadas a la Educación Media superior y Superior, pero para Educación Básica, que concentra el 73.1% de la matricula escolar, no hay presupuesto que mitigue la incontrolable deserción escolar.
En suma, comparado con el gasto federalizado, las pensiones y el costo financiero de la deuda que concentran el 63.2%, el gasto en salud, educación e inversión, aspectos elementales en los que debían priorizar el gasto según sus aportaciones en la Cámara de Diputados, suman apenas el 16.4%.
El documento menciona textualmente lo siguiente: “Hacia 2023, México seguirá creciendo y consolidando su transformación económica. Se estima que la actividad económica de nuestro país será impulsada por la mejoría de las condiciones de trabajo y la inclusión de regiones y sectores de la población históricamente desatendidos”- ¿para cuándo y desde cuando está la promesa? -“. Así el crecimiento con un desarrollo incluyente y sostenido continuará favorecido por el consumo interno y la paz social. De este modo, se estima que la actividad económica continuará mostrando crecimientos trimestrales superiores al promedio histórico de 2011 a 2019, con lo cual se tendría una expansión de 3% anual para todo el año, en el escenario donde todos los factores internos y externos contribuyan de manera positiva” ¿Qué elementos, ya sean internos o externos, se prestan para sacar estas conclusiones, de donde sacan sus datos para sacar cuentas alegres? No lo se y no lo sabremos, pero de que no tiene bases científicas, analizadas, estudiadas, no hay duda.
Ya decía el manco de Lepanto, la falsedad tiene alas y vuela, y la verdad la sigue arrastrándose, de modo que cuando las gentes se dan cuenta del engaño, ya es demasiado tarde. Que no sea demasiado tarde para nosotros. Este gobierno ha sido especialista en mentiras, en promesas huecas, en tener “otros datos”, en la carencia de cientificidad para tomar decisiones y crear políticas que sirvan realmente para lograr sus “deseos de trabajar por el pueblo”. No nos engañemos y no nos dejemos engañar. Nunca es tarde para cambiar las cosas mientras queramos. Espero sepamos darnos cuenta antes, si no, el daño será casi irreversible.