SOCIOLOGANTE

ENTRE MUJERES PODEMOS DESTRUIRNOS Y HACERNOS DAÑO 

Mtra. Elsa Martínez Flores

Si…leyó bien, quité, omití, borré la palabra jamás porque…claro que nos hacemos daño, no voy a generalizar porque hay de verdad honrosas excepciones, mujeres que apoyan a las otras damas, cuando levantan su voz y al grito de YA BASTA, NI UNA MÁS acuden a manifestarse en los espacios públicos para reprochar a las autoridades por los feminicidios. Mujeres que de verdad se preocupan por su compañera de trabajo, por ausencia, salud, economía, en fin, porque la otra se encuentre bien.

Sin embargo, quiero ser objetiva, en este ejercicio reflexivo, desde la cultura del rumor: la mayoría, habla de la otra según las circunstancias: la vestimenta, embarazo, romances, apariencia, la forma en que obtuvo un puesto de trabajo hasta por la forma en reclamar el asiento en alguna reunión. No nos damos a la tarea de conocer, de sensibilizarnos, de practicar la tan llamada sororidad entre nosotras, porque entre nosotras nos hacemos daño.  

Comenzamos por ejercer y practicar con gran maestría el rumorno tenemos la capacidad para detenerlo, al contrario, lo desarrollamos y fomentamos, porque ya forma parte de una cultura en nuestra sociedad viéndolo desde el lado sociológico, es una forma de comunicarnos, aunque mal empleado, porque dentro de esta conducta van implícitos los sentimientos y ellos no harán que las murmuraciones se detengan.

El rumor se practica diariamente, entre hombres y mujeres, hombres con hombres, pero, en este caso, quise analizar un poco y también reflexionar acerca del doble discurso de muchas damas que aparentemente apoyan a otras y al final, no lo hacen. Desterrar el rumor es difícil en un núcleo que ahora maneja otras herramientas de comunicación como las redes sociales, pero, si podríamos detenernos a pensar antes de escribir o de mencionar a alguien y denostarla.

Nadie se ha salvado de practicar el rumor ni quien lee ni quien escribe esta columna inclusive, sólo la experiencia te da esa sensibilidad, la conciencia para salir del círculo, y ver que no existe hermandad entre mujeres, que somos parte fundamental en el mundo, que es utópico pensar que vamos a cambiar, lo que sí podemos hacer es generar conciencia para nosotras mismas y después para los y las demás.

La educación podría ser una respuesta, razonar a priori, reflexionar o por lo menos investigar un poco antes de hablar o plasmarlo por redes sociales, otorgar el beneficio de la duda, no sentenciar, juzgar y sentenciar sin fundamentos, sin violencia, sin agravios, desde la sororidad, para que realmente se practique la hermandad que tanto pregonan y no de dientes para afuera.

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