SOCIOLOGANTE

PRENSA PREMIADA…pasión, ego y egoísmo.

Mtra. Elsa Martínez Flores

Inicio este espacio con una breve conversación en una noche de fin de año entre el dueño de un medio de comunicación y el jefe de redacción:

DUEÑO: Esto ya no es el mismo de antes, nuestros reporteros recaban sus noticias de fuentes oficiales, ¡reciben boletines que se publican en este medio en aquel y en el mío!, ¡yo quiero noticias exclusivas, distintas, novedosas!… ¿me entiende?

JEFE RED: ¿tiene alguna idea?

DUEÑO: Reúna usted a todos los reporteros inmediatamente, ofrézcales en mi nombre este cheque de 10 mil pesos, para quien traiga hoy 31 de diciembre, la noticia más sensacional, la que tenga mayor impacto para el público…detenga usted el tiempo si es necesario y consiga para este medio la mejor noticia de fin de año.

Más tarde, el Jefe de Redacción contagiado por el ímpetu y apasionamiento del dueño se dirigió hacia el grupo de reporteros con este breve mensaje:

JEFE RED: En los tiempos de oro del periodismo, el reportero lo era en la medida en que sabía cazar noticias y cada diario competía para ofrecer la última novedad a su público, en cambio hoy, van a su fuente para recabar el boletín oficial con el resultado de que todas las noticias en todos los medios son iguales y el nuestro publican lo mismo…yo no discuto si esto es periodismo o no…pero en todo caso hacen falta noticias…estoy seguro que si nos los proponemos obtendremos noticias sensacionales…

Por increíble que parezca estos diálogos no son actuales, sino de la película mexicana “Reportaje” filmada en el año 1953, la cual relata una serie de historias breves de corte periodístico.

Para asombro de muchos, esos 10 mil pesos que fueron ofrecidos en 1953 en la película, es casi la misma cantidad o menor que dan actualmente en diversos premios de periodismo, sin embargo, el dinero no es lo importante cuando quien ejerce con pasión su oficio espera algo más que un cheque.

¿Para qué se inscriben los periodistas a concursos? Simple, para obtener reconocimiento, para casi todos los que ejercen el periodismo, esta profesión siempre ha sido mal pagada, pero un premio trasciende mucho más que las monedas o billetes, es la recompensa a las jornadas largas, es el “vas bien”, “sigue así”, “naciste para esto” de las personas que los leen o los escuchan; así como de la gente experimentada quien analizó su trabajo, es una caricia al ego, después de largas jornadas y desvelos, de rechazos y groserías por parte de la gente que entrevistaron. Representa tiempo invertido, pero también plasma algo más:

Egoísmo, no compartir con otros compañeros datos e información relevante para tener algo exclusivo y que, a causa de ello, les ha costado alguna enemistad, todos son amigos y buenos compañeros, pero en el momento de competir, como cualquier ser humano el egoísmo es una parte vital en su ejercicio periodístico si desean tener algo diferente a los demás…

Conozco a la mayoría de los reporteros de Tlaxcala, para quienes este año compitieron en el Premio Estatal de Periodismo en su edición 2020, sean ganadores o no, mi felicitación cordial, aún no soy reportera y desconozco si lo ejerceré algún día, pero siempre observé de cerca su trabajo y lo aplaudo, pero también soy crítica de quienes no respetan su oficio y lo denigran, pero esa es otra historia de la que hablaré próximamente.

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