SOCIOLOGANTE

Mtra. Elsa Martínez Flores/Columnista

Anteriormente, si alguien quería compartir alguna idea, texto o historia que de verdad resultara interesante procedía a prestar el libro o revista, con el riesgo a que no regresaran tan preciado material que se daba de forma temporal a otros. Ahora, con el uso de redes sociales, el problema desapareció, podemos repartir la información como mejor nos acomodemos o viceversa. El uso de tecnología ha hecho que podamos conocer lo más diverso en materia de pensamiento y obra de diversos autores.

Educar, re dirigir pensamientos y transformar conciencias es algo que también se logra por medio de la tecnología, no todo deber ser negativo, en un mundo totalmente globalizado, donde las fronteras son ahora una línea digital seguida de la tan cuestionada ética, transmitir ese conocimiento o dejarlo ahí. La gente se agrupa por intereses comunes y son estos grupos quienes cruzan información de toda índole.

Existe una nueva forma de reeducar a la sociedad, no todo está perdido cuando queremos permear un contenido que consideramos vital para hacer frente a un torbellino de presuposiciones, de artículos faltos de datos certeros y de una parcialidad que cada día crece más en el tránsito de las redes, para llegar a nuestra mente y procesarlo. La parte positiva de Facebook, Twitter, Instagram, Youtube, se ha dado y de pronto descubrimos otras formas de pensamiento que lejos de ser tóxicos, retroalimentan y hacen que la gente vuelva a plantearse alguna situación.

No todo es como parece, personajes realmente importantes que han realizado estudios profundos en torno a redes sociales, han puesto sobre la mesa un panorama totalmente oscuro para quienes son usuarios de ellas. Shoshana Zuboff, socióloga, profesora emérita en la Harvard Business School y escritora estadounidense, afirma que “los consumidores de la tecnología ya no son meros clientes, sino la materia prima de un nuevo sistema industrial; a los que se exprime para extraer sus datos, realizar predicciones sobre su conducta y vender productos a terceros”.

Compartir significaría una suerte de permitir que nos expongamos a que tal vez buscadores tipo Google se puedan quedar con todos esos datos de nuestras búsquedas, pero también que determinada información alimente nuestra mente y por qué no, nuestro espíritu en busca de nuevos mundos y formas de pensar que nos hagan crecer como personas y evitemos quedarnos con el pensamiento clásico de siempre.

Sigamos por nuestra travesía por internet, el tráfico está ahí, diariamente navegamos por horas enteras, pero existen muchos caminos que nos llevarán sin duda alguna a otros horizontes, que nos darán nuevas perspectivas en todos los sentidos, aprendamos lo bueno de ello.

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