Se aferra al protagonismo

A pesar de que una de las principales funciones de la Secretaría de Gobierno es la de velar por la gobernabilidad y seguridad del Estado en todo momento, la titular de esa instancia, Anabel Alvarado Varela, se da tiempo para combinar esa responsabilidad con la de continuar sus giras para hacer entrega de gestiones que hizo cuando era diputada federal.

La legisladora con licencia por el Distrito 02 parece no querer dejar atrás esa etapa de su vida política y desvía tiempo de concentración en la SEGOB – y probablemente personal y vehículos, al menos – para seguir asistiendo a ayuntamientos a hacer entrega de material de construcción, el cual en su momento gestionó ante la agrupación María Trinitaria.

Todo indica que quiere seguir manteniendo su protagonismo personal a costa y aún más allá de lo que representa su actual cargo. Incluso, algunos alcaldes de la zona sur nos han confiado que ella ha pedido inaugurar sus ferias e invitarla cuando se haga una entrega específica de algún apoyo, pues quiere seguir vigente en la representación popular.

Al parecer su objetivo es ser tomada en cuenta en 2018 para buscar una candidatura del PRI al Senado por Tlaxcala; sin embargo, su desvío de atención a la SEGOB ha dejado qué desear en su actuación como servidora pública, al sistemáticamente minimizar o percibir como aislados actos delictivos que van a la alza, el de asaltos a transportistas es tan solo un ejemplo de ellos. Mientras en algunos municipios la delincuencia es rampante, la funcionaria poco o nulo caso hace al respecto.

Por lo demás, Anabel Alvarado parece expresar cierto celo por el hecho de que su suplente, Fabiola Rosas, haya ocupado su lugar y es evidente que ambas mantienen un rompimiento y cada una hace su labor por su lado. El que hayan hecho campaña juntas en su momento no ha significado nada.

Rápidamente y por otro lado, hábil ha resultado la jugada que hizo la dupla Jesús Pluma Ríos – Agustín Nava Huerta, ambos azuzados por el diputado local Delfino Suárez Piedras, para encaramarse al frente de la dirigencia del local Partido Socialista (PS) y dejar a la eterna lideresa, Rosalía Peredo Aguilar, en la antesala de su ocaso.

Aunque con Pluma Ríos parecía que la exsenadora mantendría la tutela del PS, lo cierto es que el trasfondo era hacerla a un lado y el chiautempense ahora puede crecer ya bajo las faldas de la hábil política tlaxcalteca, aunque habrá de compartir el poder.

Por lo pronto, Peredo ya tildó de “traidores” a quienes durante la elección de la nueva dirigencia le dieron la espalda, ya impugnó ese procedimiento ante el Tribunal Electoral de Tlaxcala (TET) y en corto le dijo a uno de ellos que “se las van a pagar”…al tiempo.

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