Resumen de las elecciones; todo normal

Bernardino Vazquez Mazatzi

Escritor y Periodista

Desde algunos años he sostenido la idea de que las elecciones se ganan del sábado, previo a la elección, al domingo día de la contienda. De nada sirven las semanas y los días de campaña, las reuniones familiares, los mítines y el toque de puertas; eso es sólo el entrenamiento, el round de sombra, el posicionamiento del producto.

Las 24 horas que preceden a la jornada electoral marcan la diferencia. Si algún iluso candidato a cualquier cargo de elección popular no guarda recursos, ya sea en forma de jarras, despensas y otros objetos o en forma de billetes, para disponer a granel y a discreción en la noche del sábado para amanecer domingo, está perdido. Las elecciones se ganan por la noche y, como siempre, hay gente dispuesta a dar y a recibir por la madrugada.

En todos los procesos electorales hay acusaciones de todo tipo, de todos los candidatos, de todos los partidos. Se quejan de llevar a cabo acarreo de votantes, de ofrecer desayunos, de amenazar a los burócratas con el despido si no votan por el ungido, de embarazar urnas, de hacer magia apareciendo más votos que electores, de intimidar a la gente al momento de estar en la casilla y de mil prácticas negativas más.

Siempre ha sido así. Estas acciones ya son usos y costumbres. Es un juego que todos juegan y del que todos se quejan. Son valores entendidos en una práctica perversa. Al final todos se dicen ofendidos, traicionados, víctimas de la guerra sucia (como si hubiera guerras limpias) y se sienten agraviados de un sistema político, democrático y electoral imperfecto pues no los favoreció.

Las elecciones de este 2021 fueron copia fiel de las anteriores. Aunque algunos dicen que no, que fueron peores pues aseguran que, si antes el reparto de despensas, dinero y regalitos se daba a partir de las diez de la noche del día previo, en el presente ejercicio la compra de votos y la coacción dieron inicio desde la semana antecesora. Por barrios, colonias, secciones, delegaciones, comunidades y calles se pudo ver a personajes, líderes, dirigentes, políticos y hasta funcionarios estatales y municipales repartiendo regalitos y cerrando acuerdos con la población.

Creo que ahora más que nunca, es decir, más que en anteriores comicios, el lodazal fue más que evidente. Fueron más graves las marrullerías y hasta se dio la sospecha de asesinatos por motivos políticos. Hoy hubo más personajes inmiscuidos en las campañas con el afán de mantenerse o perpetuarse en el poder y por primera vez se dio el intento de reelección de diputados y diputadas sin que importara sus regulares o pésimos resultados. Hubo de todo. Traiciones, deslealtades, chapulines y deserciones al por mayor fueron la esencia e imagen del presente proceso electoral.

Hoy más que otras veces las agresiones clandestinas e impunes fueron más violentas, cobardes y vulgares en contra de la mujer, sector que también hoy como nunca tuvo una participación histórica. Pero sin duda la denostación al trabajo de la mujer fue lo que tristemente empañó las elecciones de este 2021. No obstante, el sector femenino habrá logrado importantes posiciones dentro del gobierno en todos sus niveles. El pueblo de Tlaxcala se congratula con la presencia y victorias de la mujer, pero condena enérgicamente la violencia que se ejerce en su contra.

Las elecciones fueron, digamos, normales. Guerra, coacción, descalificaciones, compra de votos, intimidaciones, acarreos y de todo como en botica. Ese es el resumen del proceso electoral 2021, es decir, todo normal.

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