Puros casos aislados

 Bernardino Vazquez Mazatzi

Escritor y periodista

Tlaxcala significa, en idioma extraño, “tierra de los casos aislados”. Es porque hay muchos e incluso muchos en un mismo día. A Tlaxcala se le conoce por la enorme capacidad de sus funcionarios por esconder lo evidente y negar la realidad. Lo negarán siempre y cueste lo que cueste por va de por medio la “imagen” del estado y desde luego, la chamba.

A los gobernantes del estado les molesta, los saca de quicio, los encabrona pues, que se diga que Tlaxcala es el santuario de los padrotes. Cuando alguien lo sugiere, echan lumbre por la boca y humo por las narices ¡Cómo se atreven a mancillar con sospechas y maledicencias la historia impoluta del terruño de Xicohtencatl, el suelo en que se fundó la democracia!

Y no, no es necesario declarar la alerta de género. Para qué. ¿A poco nomás por unas cuantas femeninas asesinadas un día sí y otro también se va a dañar el pulcro rostro de Tlaxcala a nivel nacional? Claro, son malos ciudadanos, líderes resentidos y mujeres desinformadas las que pretenden manchar con declaraciones protagonistas el rostro de nuestra amada y pacífica entidad.

Tlaxcala sigue siendo el estado más seguro del país, dicen. Los cadáveres que aparecen en toda la geografía tlaxcalteca son de a mentiras: son muñecos de unicel o de trapo, sin rostro, sin nombre ni apellido, sin familiares ni deudos. Destripados, quemados, balaceados, acuchillados, estrangulados, ejecutados, esos seres no cuentan pues no están en los planes del poder. A nadie le importa que en algún lugar alguien se quede sin padre, sin esposo, sin hermanos; total, fallecieron en donde nadie muere por estar decretado el estado más seguro del mundo y sus contornos.

Hay, todos los días, en todo el estado de Tlaxcala, a todas horas, el robo de autos. Es normal, muy común que desaparezca un coche o camioneta pero eso, eso no puede ser aceptado ni creído por el gobierno celoso de la opinión externa. El robo a unidades del transporte público, al de mercancías y de productos específicos es una quimera o un mal sueño de aquellos envidiosos de la paz sublime que se respira en Tlaxcala. Por eso no ce acepta, por venir de alarmistas y supuestas víctimas escandalosas: como si valiera mucho su unidad, dicen.

Hay bandas de delincuentes especializados en el robo de a casa habitación, son grupos bien organizados que traen asoladas las colonias de diversos municipios. Lo extraño es que la gente los conoce, sabe quiénes son y dónde se reúnen, y sólo la autoridad lo ignora o sospechosamente finge ignorar todo. Nadie desde el poder sabe de la tragedia que significa llegar a casa y encontrarla saqueada. Hasta los juguetes de los niños se  llevan. Y eso es todos los días, en todo el territorio tlaxcalteca.

Pero al poder le tienen ocupadas otras distracciones, asuntos más importantes, temas más relevantes, cosas que llaman al turismo, que dan una imagen de alegría y paz al estados como por ejemplo, ponerle nombre a la fiera del zoológico del altiplano. Hay que jalar reflectores, hay que hacerles creer que somos sensibles y que nos preocupamos por lo que les importa: lo demás es visión de gente envidiosa que busca dañar al régimen y al partido que lo llevó al poder.

Tlaxcala, tristemente, se vuelve estadística, se convierte en cifras, da muy mal de qué hablar y no obstante esta lacerante realidad no es lo peor, sino que lo es, la falta de capacidad y voluntad por poner fin a tan grave situación. Todo está bajo control: la gente no protesta, no se da cuenta, no se dice víctima, la prensa está pagada, la vida sigue…

Aunque, la otra realidad, es la de un pueblo con una enorme presión que debe salir de alguna forma. No, Tlaxcala no es mucho de combates y batallas, de guerrillas urbanas y atentados; está inconforme pero no hará nunca que la sangre filicida se derrame. Vienen las elecciones y será hasta entonces que el partido en el poder y sus gobiernos, entiendan el mensaje. Así es que una derrota en las urnas, sin duda, no será más que otro caso aislado, de esos que ocurren por docena todos los días.