¿Proyecto para desestabilizar municipios?

Bernardino Vazquez Mazatzi

Escritor y Periodista

Por extraño que parezca y aunque esta idea se considere absurda, hay presidentes municipales que enfrentan una férrea oposición a trabajar en beneficio de su comunidad y para el bienestar de sus gobernados. Si bien hay alcaldes que prefieren dejar de hacer y dejar pasar, que no tienen ni idea de qué se hace desde su obligación y responsabilidad, también hay muchos que no sólo tienen que luchar contra la falta de presupuestos, invertir a pesar de los adeudos de sus antecesores y la oposición de sus contrincantes políticos, sino que tienen que bregar contra la insensibilidad y mala fe de sus propios vecinos.

Hay municipios en los que se han creado grupos antagónicos a la administración actual, conformados por resentidos candidatos perdedores en la pasada contienda que en estos tiempos electorales, se han tomado como tarea desinformar y predisponer a la sociedad en contra de su autoridad constitucional con el único fin de desestabilizar al pueblo, alterar el orden y obtener beneficios electorales o personales pero siempre contrarios al orden o al beneficio colectivo.

Validos de la nobleza de grupos específicos cuya característica son el trabajo honrado y honesto, como lo son organizaciones de comerciantes, artesanos y campesinos, entre otros, ciertos “líderes” que argumentando supuestos desfalcos al erario u obscuros fines y aviesos intereses del gobierno municipal, se han propuesto alterar la paz social y se ofrecen como intermediarios, defensores y representantes para defender derechos supuestamente violentados.

En tiempos electorales esto es muy común y obedece al objetivo claro de crear confusión y confrontación con el fin de ganar votos o atraer reflectores. También lo es que resentidos políticos o ambiciosos personajes abanderen movimientos nacidos en el momento y amenacen con toma de presidencias y violencia irracional… a cambio de prebendas, puestos en la administración, imagen de dirigentes, dinero en efectivo. Los “defensores”, en cuanto obtienen lo que desean, olvidan sus exigencias y venden el movimiento en cuanto ven satisfechas sus ambiciones.

La negativa a aceptar los proyectos de beneficio social, ya sea para mejorar o crear infraestructura, también tiene que ver con el protagonismo y la mala información tanto de los inconformes como de las autoridades; o simplemente hay quienes por sus pistolas no quieren que se ejecute una obra ya sea porque le niegan el éxito a la actual administración o porque beneficia a alguien que no es de su agrado. El caso es que en muchas ocasiones no hay un argumento válido para impedir la construcción o mejoramiento de algo aunque para el caso es lo mismo: son los propios vecinos quienes se oponen a su desarrollo.

Seguir a este tipo de “líderes” siempre será una mala determinación. Por un lado, los pueblos dejan pasar enormes oportunidades de desarrollo, impiden una importante inversión, obstaculizan la modernización del municipio y, por el otro lado, permiten que esos falsos líderes creen ingobernabilidad, desconfianza y que confronten a los vecinos que son muchas veces hasta familiares para que al final, vendan el movimiento y las cosas queden peor.

Ahora que, dicen los muy mal pensados que por desgracia casi siempre aciertan, que hay un movimiento estatal creado a propósito para establecer conflictos en los municipios con el único fin de llegar a las elecciones próximas en clima de inestabilidad social que explique después un posible fraude electoral. También se dice que ese grupo cuenta con el apoyo y financiamiento de un importante sector del poder que dicta las directrices y recibe reportes de los éxitos y los fracasos. Quienes aseguran la existencia de este movimiento dicen que lo comprueban con el desinterés de las autoridades por prevenir los problemas, atenderlos y darles solución.

Lo cierto es que hay municipios en los que los alcaldes son amenazados con incendiar patrullas, tomar las presidencias, cerrar calles y pedir la destitución del cabildo pretextando sospechas de malos manejos financieros, abusos de poder, prepotencia y enriquecimiento ilícito.

Esto podría traer como consecuencia que los alcaldes dejen de hacer algo por sacar adelante a su municipio a cambio de mantener el orden, la paz social e impedir la confrontación entre la gente que incluso está emparentada o tiene lazos de amistad. Lo reprochable es el abuso de esos personajes que están a favor de nada y en contra de todo y peor, que haya gente que los siga y obedezca y los mande al frente como carne de cañón mientras ellos, frente a una taza de café o brindando con un buen wiski, negocian para beneficio personal.

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