Primero Dios. Encontraré a mi hija, tengo Fe: clama mamá de Daniela N.

I. Carolina campos

“Han pasado seis meses sin saber nada de mí hija. Dani, te seguimos buscando, sufriendo contigo, buscándote por todos los rincones, por todos lados, no descansaremos hasta encontrarte y tenerte entre mis brazos. Por favor señora madre de Alvaro Daniel, dígale a su hijo que nos diga dónde está mi hija, como madre se lo pido, se lo suplico, se lo imploro, díganme por favor donde está mi hija”. Es el clamor de Rosy mamá de Daniela Muñoz Muñoz joven maestra que desapareció el 13 de septiembre del 2020.

Con lágrimas en el rostro y la voz entrecortada, la señora Rosy suplica al presunto culpable hablar y decir donde está la joven Daniela, a las autoridades competentes pide acelerar la investigación y acciones correspondientes para esclarecer lo ocurrido ese 13 de septiembre que marco la vida de la familia, fecha en que todo cambió y ya nada es igual sin la presencia de una hija, hermana, amiga y docente.

“Álvaro Daniel no dice nada, ya vamos tres audiencias y no dice nada, yo le pido como madre a su mamá, que le pida a su hijo, que nos diga dónde está mi hija, que piense en el dolor tan grande que representa para una madre no saber nada de su hija. Por favor señora, digale a su hijo que nos diga dónde está Daniela. Yo le pido a su mamá que se toque el corazón para que nos digan dónde está, que piense que es un dolor muy grande que no se le desea a nadie”.

En el marco del Día internacional de la Mujer que se conmemoró el pasado 8 de marzo, el nombre de Daniela Muñoz fue parte de ese grito de justicia, el dolor no se oculta con nada, es transparente. El sentimiento y angustia de una madre en busca de su pequeña, es y será siempre la exigencia a las autoridades para hacer lo que corresponde y encontrar a la joven maestra, la exigencia es a no detener la busqueda hasta que Daniela vuelva a los brazos de sus padres, de su familia, de sus compañeros de trabajo y de la sociedad.

El cubre boca no frena ni apaga el grito desesperado de Rosy, su mirada triste lo dice todo, con los ojos llenos de lágrimas por el dolor, implora a la sociedad ayuda para encontrar a su hija, la que siempre está en sus oraciones, la que encomienda al Creador cuide y proteja donde sea que se encuentre, y que pronto la traiga a sus brazos.

Portando la foto de Daniela, a un lado de Rosy, en la marcha de mujeres, avanzaron quienes le acompañaban portando la foto de Álvaro Daniel, el presunto culpable, el que con el argumento de que se reserva su derecho a hablar, no dice nada de lo que paso con la desaparición de la maestra originaria de Apizaco Tlaxcala.

La familia a recurrido a diferentes autoridades de gobierno estatal, federal, organizaciones sociales y la sociedad en general, la suplica es la misma “ayúdenos a encontrar a mi hija”. Rosy no pierde la fe y la esperanza de que quienes saben lo que pasó la noche del 13 de septiembre de 2020 hablen, así dar por terminada la angustia, la incertidumbre, el dolor y la pena, pero mientras eso no pase, el dolor es cada vez más grande y más angustiante. Las oraciones no cesan con el clamor desesperado de familiares y amigos que piden a Dios pronto encontrar a Daniela Muñoz Muñoz.

El 19 de septiembre de 2020 familiares de la joven maestra acudieron a tratar de hablar con el presidente Andrés Manuel López Obrador en su visita a Tlaxcala para pedir su intervención, el 9 de noviembre del mismo año acudieron a la Ciudad de México a pedir la intervención de autoridades de justicia del gobierno federal, a la fecha, Rosy manifiesta que no hay avance en la investigación, la angustia crece, pero la fe es mayor y, “primero Dios encontrare a mi hija” clama una madre con el dolor reflejado en el rostro, en su corazón y en su grito de justicia a la desesperación de no saber dónde está Daniela.

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