PRD y la chiquillada muerta

La creación de más partidos en Tlaxcala,-sobre todo de personajes con poca calidad moral para liderar proyectos de “honestidad”-, resultan una burla.

La Pluma más Rápida/Columna

El Partido de la Revolución Democrática (PRD) nació el 5 de mayo de 1989, aglutinó a grandes líderes sociales y políticos para hacer frente al régimen del PRI y el PAN, pero terminó por convertirse en un “palero” del sistema, eso, le valió su estrepitosa caída el pasado primero de julio.

A 30 años de su fundación y de luchar por los reclamos sociales, la decepción fue más grande al terminar como una vieja izquierda burocratizada, líderes perredistas incrustados en gobiernos del PRIAN.

El logro más grande del Sol Azteca en Tlaxcala fue ganar las elecciones con Alfonso Sánchez Anaya (1999-2005), quien después siguió al hoy presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que le valió estar en la administración del Gobierno Federal.

Sin embargo, los políticos de antaño no entienden o se resisten en comprender que estamos en una revolución tecnológica, y los discursos de ayer no se aplican en la actualidad, mucho menos para los jóvenes que son los más activos en las redes sociales.

El PRD perdió la credibilidad que tanto le costó ganar y su agonía fue lenta, muchos militantes apoyaron abiertamente al proyecto de la esperanza con Morena, otros renunciaron a sus filas, y los cuadros políticos que quedan ya buscan la manera de adherirse al partido guinda.

El pueblo de México se volcó por un verdadero cambio el primero de julio, por eso decimos que la chiquillada también está muerta al perder su registro nacional, y en lo local se aferran a mantener un poco del control del poder político, o bien, para acordar lo que sea.

La creación de más partidos en Tlaxcala,-sobre todo de personajes con poca calidad moral para liderar proyectos de “honestidad”-, resultan una burla. Para muestra un botón, pues otra vez, desde el magisterio se busca cocinar la creación de otro instituto y tratar de mantener sus canonjías, pero ayer lo hicieron con el PANAL con Elba Esther Gordillo.

Si bien la gente está en todo su derecho de abrir otras banderas políticas, más ahora, que se aproxima el proceso para la siguiente gubernatura, en los hechos podrán lograr su registro local pero en las urnas uno se pregunta ¿De verdad podrán obtener una votación que los mantenga vivos?

La chiquillada se ha mantenido como zánganos, tratando de incrustarse y vivir de sus prerrogativas, también del erario donde logran espacios laborales por los acuerdos políticos, pero han sido nulos los logros en el cambio social y político del país.

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