Por si acaso y por molestar

Bernardino Vazquez Mazatzi

Escritor y Periodista

Para crear la nueva estrategia de enseñanza en México, seguramente, no me van a consultar. Y si acaso lo hicieran, asunto muy poco probable, no tomarían en cuenta mis propuestas como no lo harán con las sugerencias de miles de profesionistas que por estar inmersos en el tema, sin duda aportarían enormes beneficios a la educación.

No importa que las necesidades de la educación en nuestro país sean enormes y que las carencias en el sector sean inconmensurables, el caso es que muchas aportaciones no encontrarán eco en las autoridades pues, por un lado, aquellos que desinteresadamente deseen contribuir a la calidad de la enseñanza se toparán con el desinterés institucional que va a actuar por consigna y por el otro, porque no serán considerados aptos o idóneos para opinar y así rescatar a la educación del atraso en que se encuentra.

De todos modos, por si acaso y por molestar, me atrevo a distraer la atención de los doctos en la materia y a las muy ocupadas autoridades del sector para hacer algunas propuestas, muy seguro de mí que me da por creerme inteligente y porque vengo del aula y del grupo, en donde he encontrado carencias que rayan en lo escandaloso y vergonzoso pero que existen porque a los maestros se les ha dado un modelo que deben seguir sin rezongar y sin aportar con la advertencia de ser despedidos si no lo siguen al pie de la letra.

Propongo que desde el jardín de niños y hasta en las universidades se empiece por educar en base al respeto. No sirve ninguna especialización ni título si no está cimentada en el respeto con todo lo que ello signifique y que quiere decirlo todo. El conocimiento no es necesariamente inteligencia y esta es indispensable para una convivencia social armónica y una sociedad en paz. El respeto como principio y fin, como meta y objetivo, como elemento y argumento irrenunciable e insustituible en la enseñanza y como materia de curso obligatorio y aprobación necesaria.

Este tema o asignatura no existe como tal en la educación en México y si existe, no se imparte y si se imparte se hace mal o apenas superficial. Si no se enseña y no se aprende a respetar no se está enseñando en lo absoluto. El conocimiento sin consciencia nos hace más violentos y con menos valores. Si una reforma educativa o propuesta de enseñanza no contempla este elemento como su esencia y sentido nacerá muerta y servirá para lo mismo.

Junto con el respeto, principio y fin, se debe atender el asunto de los valores humanos con todos los temas que los integran. Hay que hablar en las escuelas, en los grupos y en lo individual de la tolerancia, de la prudencia, de la bondad, la igualdad… hay que acompañar estos argumentos con lo que representan los feminicidios, la trata de personas, la delincuencia organizada, la violencia en el noviazgo, el embarazo en el adolescente, el suicidio, las adicciones y tantos temas que son ahora el principio o explicación de la violencia.

De estos temas se habla poco en el aula porque no están contemplados en el proyecto educativo nacional y porque a los maestros les ha sido vedado abordarlos pues por ser sensibles, podrían afectar a los alumnos que son defendidos hasta con la vida y la muerte por sus padres. Para algunos alumnos, ir a la escuela representa una válvula de escape o la posibilidad de ser libres de obligaciones o responsabilidades en el hogar. Qué lejos está la escuela de enseñar valores y cuán lejos están los alumnos de aprenderlos, de acercarse a ellos apenas, de vislumbrar su existencia y la importancia de conocerlos y ponerlos en práctica.

Hay que involucrar a los padres de familia quienes han abandonado la enorme responsabilidad de dar educación a sus hijos aun cuando esta sí es gratuita. La educación se recibe en casa y la instrucción, la enseñanza, la cátedra y el conocimiento, en la escuela.

Sé que a nadie le importa mi opinión en materia educativa, que nadie me va a llamar para escuchar mi propuesta, pero lo hago de todos modos, por si acaso y por molestar…