Bernardino Vazquez Mazatzi
Escritor y Periodista
Para una inmensa mayoría de los mexicanos el tema más importante de la semana fue conocer el grupo en que jugaría México en el Mundial de Rusia 2018, con un interés muy por encima del nombre del candidato del PRI a la presidencia de la república.
Tal fenómeno se debe, dicen los que saben o creen que saben, a muchas razones entre las que se encuentra el que el candidato del partido en el poder habría de surgir de un dedazo, que ya se sabía que no habría democracia en esa designación y que cualquiera que fuera no habría de ser sorpresa. El desinterés por saber la identidad del abanderado tricolor siempre estuvo en segundo término entre la sociedad y sobre el tema predominó siempre saber en qué grupo estaría integrada la selección mexicana de fut bol y las finales del torneo de liga del balompié nacional.
La reacción de los priistas, de los antipriistas y de los fanáticos de otros partidos a la designación de Meade Kuribreña tardó mucho tiempo en reflejarse en las redes sociales. En el PRI hubo pasividad, mutismo, o tal vez desinterés, o apatía. Fue como si hubiera conformismo o falta de ganas por opinar o ausencia de derecho a protestar. Pocos, muy pocos se atrevieron a publicar sus opiniones a través del Internet y los que se expresaron lo hicieron de manera tibia y hasta titubeante.
Los antipriistas se dieron vuelo. Con palabras y frases hasta ofensivas y grotescas se mofaron del aspirante y lo desecharon. Lo hicieron perdedor antes de la contienda. Dieron información cierta o equivocada respecto a la trayectoria del ex funcionario federal, criticaron los resultados de su paso por las instituciones y lo culparon de todos los males que aquejan real o imaginariamente al país.
Por su parte, los dirigentes y militantes de otros partidos fueron más cautos. Quizá porque se solidarizaron con el PRI al considerar que tarde o temprano se van a ver en las mismas circunstancias y que van a dar la cara, sentados en la misma silla de los acusados de todo y nada. En otros partidos la designación será mucho más difícil y aún más confrontada. Porque en otros partidos no hay disciplina, o sometimiento, o conformismo; en esos otros habrá rebelión, habrá gritos y separaciones. En el PRI no.
Para algunos analistas políticos que a veces hablan como si supieran lo que dicen, la nominación en el PRI y la confusión o poca claridad en otros partidos hace más nítida y fácil la carrera de Andrés Manuel López Obrador que ya no necesita más adeptos o gente que le apoye en sus aspiraciones presidenciales, pues ya los conflictos internos y las decisiones equivocadas de esos otros le ayudan, y mucho. Tras el conocimiento del nombre del hombre del PRI, las redes sociales se saturaron de mensajes en reiterado apoyo a AMLO.
Luego hubo una pausa. Se acomodaron las cosas. Se mantuvo el apoyo al candidato del MORENA, se siguió publicitando el conflicto en el dizque Frente Amplio Ciudadano y la posibilidad, casi deseo, de un naufragio y hasta muy tarde, se empezaron a dar a conocer las posturas respecto a la situación en el PRI. Emergieron las expresiones en contra y a favor de Meade Kuribreña y finalmente ha quedado todo en un compás de espera, como si nada se hubiera dicho o nada hubiera pasado.
En el fin de semana mucho se habló del abanderado del PRI por sus actividades partidistas y su encuentro con funcionarios y dirigentes de su partido. Uno que otro correligionario suyo abrió la boca para expresarle su apoyo pero con un sentimiento de que pues no me queda de otra o un pues ya qué. Luego otra vez el silencio que vendrá a incrementarse con la llegada muy rápida de las fiestas decembrinas.
Del PRD, PAN y sus satélites poco se sabe pues nada se hace. Su realidad no llega siquiera a incertidumbre o ansiedad o urgencias. Y no por disciplina, sino porque ahí es mayor la confusión y pocas las esperanzas.
De lo que se habla, y mucho, es del grupo en el que quedó México para la copa del mundo Rusia 2018. Le llaman el grupo de la muerte pero no porque los otros equipos se vayan a morir sino porque es la tumba de la selección verde. Es terrible porque “nos” toca con Alemania “nuestro” coco. Ya “valimos”. No “vamos” a llegar ni siquiera al tercer partido. Y eso que “llevamos” al chicharito, a los Dosantos, a Oribe, a pucho chingón pues, de los que juegan como nunca y pierden como siempre.
Lo que está en la mesa, en el interés, en lo que vale la pena discutir, es en la final del torneo de liga del fut bol mexicano. Quién iba a pensar que golearían al América como lo hicieron. Quién nos iba a decir que Monarcas se iba a dejar golear así… esas sí son emociones fuertes, eso sí le interesa a México…