PEF 2022, estancamiento y más pobreza

Por José Orlando Isidro Ramos

Dirigente Estatal del Movimiento Antorchista en Tlaxcala

Platón (428-348 a.C.), filósofo idealista, sentenció: “el precio de desentenderse de la política es el ser gobernado por los peores hombres”. En su obra filosófica (Apología de Sócrates) sostiene que “la ignorancia del pueblo era aprovechada, en beneficio personal, por los embaucadores oradores que llegan al poder”, criticando con ello a la democracia. Sin embargo, no consideró a la democracia como el peor de los males (Leyes), ese lugar se lo otorgó a la tiranía, pues aborrecía la política populista y demagógica del tirano griego que, además, provocaba guerras y conflictos para justificar su posición y permanencia ante el pueblo. El pensamiento platónico caracteriza la coyuntura política que se vive en el país, en donde un hombre determina a capricho los destinos de 131 millones de mexicanos bajo la falacia de que trabaja por el bien de México y de los más pobres.

La madrugada del pasado domingo 14 de noviembre, la Cámara de Diputados aprobó el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2022 (PEF 2022), por un monto de 7.08 billones de pesos, con 273 votos a favor emitidos por Morena, PT y del PVEM, 214 votos en contra por el PRI, PAN y PRD y sin ninguna abstención. Aunque se presentaron mil 994 reservas ante el pleno de la Cámara para modificar el ejercicio presupuestal con la intención de atender la generación de empleos, infraestructura pública, salud, medicamentos, seguridad pública, educación y reactivación de la economía, no pasó ninguna ante la mayoría oficialista, por lo que el Proyecto de Egresos del presidente López Obrador pasó intacto. “Se impuso un presupuesto, desgraciadamente, el presupuesto de un hombre y no el presupuesto de cara a una nación… éste presupuesto es de necedades y no de necesidades”, denunció el coordinador de la bancada perredista, Luis Espinoza Cházaro, en una entrevista difundida en su cuenta de twitter.

Por su parte López Obrador agradeció a los legisladores la aprobación del PEF 2022 ya que “privilegiaron la continuidad de los programas del Bienestar” en el que se “benefician a alrededor de 25 millones de familias mexicanas”. Destacó “que los programas prioritarios de infraestructura como el Tren Maya y el Aeropuerto Felipe Ángeles tengan el presupuesto suficiente para garantizar su conclusión en tiempo y forma”. Y terminó diciendo: “es un presupuesto para el bienestar del pueblo” (Forbes. Emmanuel Carrillo, 16 de noviembre 2021).

No pocos aplauden la aprobación del PEF en los estrictos términos en que lo dicto el titular del poder ejecutivo, también se aplaudió el sometimiento dócil de la mayoría legislativa. Se aplaude y apoya el discurso presidencial que se desvive por las causas más sentidas del pueblo y se deja de ver la falta de empleo, los bajos salarios, el desmedido aumento de precios, la desaceleración económica, la vulnerabilidad de la vida ante la falta de atención médica y medicamentos, los altos índices de seguridad, la crisis educativa, la falta de presupuesto en municipios y Estados para atender obras y servicios de los más elementales para la ciudadanía nacional, todo ello consecuencia de la política morenista y la mala administración de los recursos públicos en años anteriores y nada indica una mejoría sustancial para el siguiente.

Ciertamente, pocos ciudadanos, muy pocos, tienen conocimiento del contenido y las implicaciones del Presupuesto Federal de Egresos. Las cuantiosas cifras y los diferentes aspectos de la administración nacional que atiende, no son un lenguaje común para la inmensa mayoría del país, por tal motivo, dan por hecho que es bueno, no porque lo sepan y lo constaten sino porque la prensa, la radio, la televisión y ahora la internet les repiten, innumerables veces, desde el aparato Estatal, que es el correcto y que atiende a sus intereses, después de eso no saben más. No debe olvidarse la sentencia de Platón, desentenderse de la política tiene un precio: quedar bajo el gobierno de los peores hombres, populistas y demagógicos. Terminemos con las siguientes consideraciones:

En los ingresos se consideran sobre un crecimiento del 4.1 por ciento, cuando las previsiones no rebasan el 3 por ciento debido a que siguen siendo inexistentes los apoyos a los sectores productivos e inversión pública a nivel nacional; la producción de petróleo se proyecta en 1.82 miles de barriles por día (mbd) con un precio promedio de 55.1 dólares por barril (dpb), cuando la producción actual no rebasa los 1.68 mdb a 75.48 dpb; un tipo de cambio de 20.3, una inflación de 4.1 por ciento y un endeudamiento por 885 mil millones de pesos, equivalente a 2.8 por ciento del Producto Interno Bruto. Lo anterior anticipa que puede no cumplirse el ingreso programado de 7.088 billones de pesos por la falta de crecimiento económico, baja producción petrolera y un comportamiento superior al estimado en el tipo de cambio y la inflación, por lo que se tendrán que hacer recortes a los gastos programados.

Si no se cumplen los ingresos federales bajo los supuestos establecidos es seguro que se endurecerán las medidas para la Recaudación Federal Participable o se buscará ampliar la base social sobre la que se pueda aplicar un gravamen, como ya anticipaban las iniciativas de meter al comercio informal en un padrón nacional con obligaciones tributarias o la de inscribir a todos los jóvenes mayores de 18 años al Registro Federal de Contribuyentes para “protegerlos”. Por otra parte, de no alcanzar el presupuesto sufrirán recortes lo magros recursos destinados a salud, educación, seguridad, atención al campo, mujeres y población indígena, entre otros; también es posible que sufra recortes imprevistos el Ramo 33, que comprende el gasto programado para las Entidades Federativas y aunque tiene un incremento de 52 mil millones con respecto al 2021, presenta una caída de 2.9 por ciento anual, por lo que los Estados pueden incrementar sus deudas y perder capacidad para resolver los diversos problemas que sufren su población.

Y con respecto a la austeridad “impuesta” para la estructura del Gobierno no se refleja en el PEF 2022, ya que la nómina del gobierno presenta un incremento de 91 mil millones de pesos, alcanzando la suma de 1.4 billones de pesos, la nómina más alta alcanzada en este país. “Primero los pobres” solo en el discurso, en los hechos los privilegios de antes son los mismos de ahora para los mismos actores encumbrados en el poder sólo que con distinto color de traje.

Los recursos públicos son producto del trabajo y esfuerzo de todos los mexicanos y estos se deben destinar a un proyecto de nación que procure levantar de la miseria y el subdesarrollo a todos sus hijos vulnerables, no es patrimonio personal de ningún personaje por muy mesiánico que parezca ni de ningún partido que lo defienda. El PEF define el rumbo de la patria y esa responsabilidad no puede quedar en una mente obnubilada y caprichosa, es de interés de todos los mexicanos, de no hacerlo así, pagaremos el precio de desentendernos de esta gran responsabilidad, aunque no lo parezca.

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