PARA LA HISTORIA

Escribir, para alguien como su servidor, en este año ha sido una tarea muy difícil. Encontrar esa parte donde se te permita como ciudadano encontrar la imparcialidad sin denostar, aplaudir o señalar… es casi imposible cuando todo te hace pensar que tienes toda la razón de estar haciendo lo correcto.
¡Cuánta confusión existe entre los que detentan el poder! Esta se ha desparramado en toda la ciudadanía ocasionando rencores, divisiones… que muchas de las veces son malentendidas.

Los de arriba hablan de igualdad, de proteger a los más pobres. ¿Cuántos pueden creer esto, si según los medios informativos, son quienes han sido más afectados? Hablan de corrupción y de estar acabando con ella.

¡Cómo recuerdo aquellas palabras mencionando que barrerían las escaleras de arriba hacia abajo! Sin embargo, se brincaron los primeros escalones y fueron directamente a los últimos sin que las cosas hayan cambiado de manera significativa. Es lamentable que en este año la pandemia nos haya desnudado de pies a cabeza, mostrando las grandes debilidades de un sistema que, según mi percepción, no cambiará, y no es por este último régimen, sino por todos los que lo antecedieron también.

La luz al final del túnel (la vacuna), parece ser lo más prometedor para este año que está por terminar. Como ciudadanía hemos sido muy pacientes a pesar de los grandes yerros que se han cometido y que han causado daños que solamente el tiempo en su debido momento cobrará. Esperar, como decía mi vecino don José, “pianpianito”, que primero Dios llegaremos y la historia nos alcanzará.

Vaya pues una reflexión:

¿En verdad, la vacuna, será la luz al final del túnel?

Ingeniero Antonio Lima Flores