Redacción
Las estadísticas delictivas no confiables, sobre todo en homicidios, que están mostrando los gobiernos estatales no permiten el desarrollo de estrategias efectivas para combatirlos, considerando que se reformule la estrategia contra la inseguridad en la actual administración, aseguró el Lic. Alejandro Desfassiaux, Presidente de Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial; pues además afirmó que, sin rumbo, ninguna institución será capaz de generar un diagnóstico acertado ni soluciones adecuadas para contrarrestar la ola de violencia que azota al país.
En México, dos de cada tres estados no tienen estadísticas delictivas confiables, en especial sobre el número de homicidios que se cometen cada año, de acuerdo al estudio más reciente presentado por México Evalúa. El documento llamado “Fallas de Origen”, identificó los errores y omisiones en los recuentos de homicidios reportados por las 32 fiscalías de justicia del país.
El reporte, que contrasta datos del INEGI y del SESNSP, permitió obtener el Índice de Confiabilidad de la Estadística Criminal (ICEC) y concluyó que los estados peor evaluados son: Tamaulipas, Tabasco, Guanajuato, Puebla y Oaxaca; mientras que aquellos con mejor evaluación se encuentran: Sonora, Yucatán, Campeche, Zacatecas y Chiapas.
Lo más preocupante, afirmó el Lic. Desfassiaux, es que más allá de los factores que pudieran explicar las fallas en el registro de los homicidios en México, este reporte pone en evidencia la debilidad institucional que vive el país, debido a la clasificación errónea, el subreporte y la reclasificación intencional de datos delictivos; es decir, se aprecia una señal de alerta de una posible manipulación de la información.
Las fallas van desde la falta de capacitación al momento de la sistematización de datos, capacidades limitadas de investigación, hasta falsificación de datos con deliberada intención de modificarlos.
El Lic. Alejandro Desfassiaux recordó que México cerró en 2020 con 34,515 víctimas de homicidio doloso, una cifra apenas inferior a los 34,648 casos de 2019, considerado el año más violento en la historia contemporánea del país. Por otro lado, las “afirmaciones no verdaderas” en términos de seguridad tampoco le hacen nada bien al diseño de estrategias efectivas para combatir esta situación.
El problema es que cualquier tipo de dato no confiable aleja a las autoridades, sin importar qué tan competentes y experimentadas sean, para desarrollar estrategias eficientes en el combate al crimen organizado. “Pongamos un ejemplo: el secuestro es un delito que a partir de la pandemia ha presentado una tendencia a la baja, con un mínimo histórico de 50 víctimas registradas en enero de este año; sin embargo, esta disminución hay que tomarla con pinzas, puesto que si existe un subregistro y además, por su naturaleza, es de los delitos que menos se denuncian (cifra negra de 93.9%), por lo que el reflector de los encargados de desarrollar una solución a la privación ilegal de la libertad, puede que esté apuntando hacia otro lado”, comentó.
Otro fenómeno que se presenta con los datos no confiables es la afectación a la población con datos poco apegados a su realidad. “La gente podría confiarse ante una percepción de seguridad y dejar salir a sus hijos a jugar al parque después de hacer la tarea, en otro ejemplo, cuando la delincuencia podría estar incrementándose sin control en el vecindario”, continuó el Lic. Alejandro Desfassiaux. “Hay que trabajar en garantizar la veracidad de las cifras, pues conllevan muchas implicaciones importantes que no se identifican en un primer vistazo”.
Entre otras propuestas para combatir este problema está la creación de un comité auditor que revise la generación de estadísticas, así como velar por el cumplimiento de las normas existentes para el reporte de la incidencia delictiva. Del mismo modo, propuso la creación de instituciones estatales dedicadas al manejo de plataformas digitales, fortalecer los procesos de verificación de estadísticas delictivas y desarrollar sistemas internos de intercambio y actualización de información delictiva.
El problema de la inseguridad sigue creciendo en México en todos los frentes, por eso, además de estas propuestas, urgió a Morena, que cuenta con mayoría en el Congreso, para apoyar una estrategia de largo plazo que institucionalice a la Guardia Nacional y le permita depurar a las policías estatales y municipales; pues se carece de una propuesta transexenal que esté blindada de los intereses de los políticos en general, así como de luchas partidistas, finalizó el Lic. Alejandro Desfassiaux, Presidente de Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial.