La Pluma más Rápida/Columna
Al visitar Tlaxcala a la fecha cuatro de las seis “corcholatas” presidenciales de MORENA, quedó claro que el que mostró más músculo y simpatías genuinas fue el excanciller Marcelo Ebrard, además de que fue ausente la presencia y ayuda de autoridades de los tres niveles de Gobierno en respaldo a esa aspiración.
Por supuesto que falta que lleguen el senador con licencia, Ricardo Monreal, de quien ya se tiene anunciada una gira en esta misma semana, así como el exsecretario de Gobernación, Adán Augusto López, para verificar si en realidad no hay caballada en su favor por parte de las instancias oficiales.
Conforme avanza el proceso interno morenista, cada vez parece más claro que el favorito del presidente AMLO es su paisano López Hernández; que la exjefa de Gobierno de CDMX aparentemente se desinfla; y que quien lidera las simpatías es Ebrard Casaubon. Meras percepciones que al fin de cuentas son poder.
Pero regresando al caso específico del excanciller, se pudo observar a ciertos personajes políticos, unos, que salieron del clóset, otros que reafirmaron su respaldo y otros que exhibieron su oportunismo. Pero en general, se pudo observar una mejor operación terrestre.
Por ejemplo, vale la pena destacar que el diputado local Rubén Terán Águila, decidió abrirse de capa y mostrar su respaldo a “El Carnal”, ya con la venia – o no – de la gobernadora tlaxcalteca, pero que pudo colocarse, hábil como es, entre la plana principal del evento ebradista y se espera que eso le reditúe en su momento.
Otro, como el exfuncionario estatal Rafa Salas, ratificó que lo suyo no es simular y a partir de lo que pasó el pasado jueves, en lo personal, echará toda la carne al asador para impulsar, desde su trinchera, el proyecto ebradista.
Y uno más, el diputado federal por el PT, Alejandro Aguilar, quien fue el anfitrión del convite de la gastronomía más representativa para el carnal y su equipo.
Ya veremos si su apuesta es la correcta, pero por lo pronto, un asunto que dejó claro Marcelo en Tlaxcala es que el proceso interno de MORENA “no es una farsa” y eso no es una declaración nada menor, tomando en cuenta que AMLO no quisiera dejar ningún cabo suelto y no tendría reparo es manipular el resultado de las encuestas que, dicho sea de paso, sería interesante conocer su metodología.
Hasta la próxima…
