MORENA y su gran desafío rumbo al 21

Por: Alejandro López Bonilla

 

 

Los retos que conlleva ser un partido político son bastante abundantes y lleno de incertidumbres. Sin embargo, lo más difícil es mantener un liderazgo fuerte, sólido y que genere una cohesión factible con la militancia. Muchos llegan a tener estos desafíos. Hoy, MORENA está teniendo un gran reto venidero. Consolidar la 4T y mantener a los militantes con la confianza que tuvieron en las elecciones del 2018, sin duda, es un gran desafío. Las disputas internas, descalificaciones, rencores encontrados y hasta acusaciones no son nada de qué extrañarse. La mayoría de partidos políticos han tenido desde hace muchos años una gran odisea por parte de fracciones internas en la búsqueda de ser los que lideren a su partido.

Para comenzar, veamos el antecedente del por qué MORENA tiene entre sus manos este nuevo reto interno. Primeramente, el 30 de octubre de 2019 el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPFJ) revocó la convocatoria de MORENA del proceso de renovar su dirigencia nacional. El 26 de enero de 2020 eligen una presidencia interna de 4 meses para convocar una nueva elección. Posteriormente, 20 de agosto, el TEPJF rechazó la prorroga por parte del presidente interino y ordena al INE realizar una encuesta nacional abierta para elegir a la dirigencia nacional. Ello fue causa de que se acabaron los tiempos y se tuvo que llenar un vacío institucional al partido, emitiendo una solución legal para elegir a la presidencia lo que llevó a que el TEPJF rechazará nuevamente una prorroga por cancelar la convocatoria al III Congreso Nacional Ordinario, desde el 2019.

Dichos antecedentes dieron lugar a que se originara un acatamiento de un mandato del TEPJF para esta tarea al INE. Esto es inédito. Dejando en claro que el INE no realiza encuestas y MORENA nunca lo solicitó. Fue derivado de la incapacidad del partido para celebrar sus propias elecciones internas para resolver la sucesión de su dirigencia nacional. Proceso de elección que lleva consigo un año detenido.

Actualmente, la Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos, del INE, con base en criterios estadísticos, metodológicos y paritarias decidieron que pasaron a la última ronda Mario Delgado, Hilda Díaz, Adriana Méndez, Porfirio Muñoz, Yeidckol Polevnsky. En cuanto a la Secretaria General de MORENA, 9 mujeres y 4 hombres.

Estas no son luchas por el poder del partido ni para tomar un control autoritario como argumentan otros partidos políticos, es una disputa interna de personajes que quieren consolidar el proyecto de la 4T del presidente a su manera. De no ser así, López Obrador ya hubiera tomado una acción concreta para evitar este dilema partidaria. En suma, no se ha dividido el partido, son las fracciones internas. La militancia y los simpatizantes siguen siendo el pilar de MORENA y de la 4T. Sin embargo, hay algo que no se debe de perder de vista. Todo ello puede causar el enojo de ciertas fracciones que, en su intento de tomar la dirigencia nacional, abandonen las filas para apoyar a consolidar el proyecto de MORENA de cara a las elecciones del 2021 y, en el peor de los casos, apoyen a otros partidos.

Un llamado que se debe de realizar a la militancia es a la unidad y no la desunión. Esto puede tener como consecuencia una derrota significativa en el 2021. Lo que sí es un hecho es que el nuevo dirigente nacional tendrá un reto enorme para cohesionar al partido, sumar militancia, fortalecer a los candidatos más idóneos y, más importante, ser el bastión que dé fuerza a la 4T. Es hora se sumar o restar. Ganar o perder. He ahí la cuestión.

De colación, el 10 de octubre se definirá la presidencia y secretaria general. El registro de la nueva dirigencia es el próximo 11 de octubre.

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