México sin oposición

Bernardino Vazquez Mazatzi

Escritor y Periodista

México vive una gravísima crisis política, o de ideologías, o de opciones democráticas. La ausencia de una oposición representativa, sólida, congruente, honorable, digna de respeto, destinataria de confianza y actual, representa un grave riesgo para nuestra nación que, sin contrapesos, podría caer fácilmente en una dictadura.

Ni es sus peores pesadillas, ni en los más terribles augurios o deseos insanos de sus enemigos, para los priistas existía la idea de que el Partido Revolucionario Institucional llegara a terminar, y mucho menos de esa manera. Ninguna imaginación pudo vislumbrar la caída de un gigante, por muy viejo y enfermo que estuviera. El poder del tricolor fue inconmensurable y sus abusos dignos de las novelas con historias sangrientas.

La debacle del tricolor es vergonzosa, humillante y sus colores y siglas vagan como fantasmas de forma ignominiosa. De sus militantes queda muy poco, demasiado poco. Quienes están y visten sus insignias son dignos de admirar por su lealtad; la mayoría simplemente mostró su verdadero rostro y se vendió a MORENA. Actualmente el PRI no tiene futuro, no existe modo ni forma y hasta ya no hay razón para seguir ¿con quién y para dónde?

Y Partido de la Revolución Democrática nació para ser la oposición de quien estuviera en el poder. Incluso si el mismo PRD gobernaba. Estuvo formado por rebeldes, inconformes, críticos y reaccionarios o como quiera que sea, con ideología de izquierda… se dijeron insumisos, incorruptibles, diferentes y dueños de la verdad y ahora es otro más de los partidos que simplemente desaparecieron de la escena política nacional.

Como el PRI, el partido del sol azteca cayó en excesos, en corrupción, en arrogancia y sus dirigentes y líderes nacionales y estatales prefirieron la vida fácil, las delicias del poder e igualmente se olvidaron de las bases, del pueblo, de sus orígenes. Como lo que criticaban, unos pocos se adueñaron de ese partido e impidieron el relevo generacional. Este partido ni siquiera puede hacer una guerra para disputarse los despojos: ya ni para eso les alcanza.

Como el antes poderoso PRI, el ahora extinto PRD también cambio de color y ahora se le identifica con el guinda. Ahí, en ese partido, están muchos de los que se decían opción democrática y que profesaban una diferente y mejor ideología. Con el pretexto de ser igualmente de izquierda pudieron mezclarse y pasar como igual el pinto que el colorado. Eso quiere decir que nunca existió diferencia ideológica y que también representó cuota de poder o costo al erario.

Del Partido Acción Nacional igualmente hay destacar su arrogancia, soberbia y cerrazón. Al menos esas son las causas de su fallecimiento y sus síntomas se conocieron desde hace muchos años, desde antes de que apareciera la aplanadora morenista. Sin rumbo, sin objetivo ni militantes, sin líderes ahora se reparten sus restos y, los más descarados se montaron en la ola del poder y ahora hacen lo mismo que en el blanquiazul: viven del pueblo.

El PAN se quedó sin militantes, sin líderes honorables, sin credibilidad sin gobernantes ni legisladores. Es otro fantasma político que le falló a la democracia y a México. Igual que el PRI, ya no tiene ni siquiera quien apague la luz y cierre la puerta; el negocio terminó.

No existen ya la oposición en México, por un lado, porque los partidos que la representaban desaparecieron y porque sus líderes ya son oficialistas y luego, porque no existe ya una filosofía o una ideología que dé forma a una opción democrática. A los políticos se les secó el cerebro. Se han quedado sin ideas. Ya no encuentran qué otra cosa inventar para crear una alternativa política.

De los otros partidos, PVEM, PT y los que usted quiera y guste, hasta da flojera hablar. Siguen siendo lo que fueron desde su nacimiento: satélites de quien sirviera a sus intereses. Utilizan y son utilizados según les convenga. No son opción política sino negocio vergonzoso. Son un lastre para el presupuesto.

Sin oposición, sin izquierda, sin contrapesos, la política y el poder en México están mancos. Nada ni nadie la hace de nivel de la balanza. Y eso es peligroso para cualquier democracia de cualquier país y por desgracia, no se ve que haya alguna modificación significativa en la vida política de México.

Relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button
WP Twitter Auto Publish Powered By : XYZScripts.com