La decisión del cabildo de Chiautempan de remover a la síndica Linda Ixchel Mejía Sarabia como presidenta del “Patronato Antonio Díaz Varela”, sin duda fue un duro golpe orquestado por un grupo de artesanos, quienes la tomaron por sorpresa y prefirieron dar el espaldarazo al alcalde Héctor Domínguez.
Tanto fue así que su padre, el dirigente del comercio establecido en Santa Ana, Héctor Mejía, reclamó airadamente a “H” de no “respetar” la posición de administrar los recursos que obtiene el patronato considerado desde hace muchos trienios como la caja chica de la alcaldía.
Entre los reclamos, incluso salió a relucir la manera en que Domínguez se hizo en su momento de la candidatura priista por la presidencia municipal sarapera.
La preferencia para una u otra persona tuvo su origen en que la representante legal estaría siempre asesorada por su padre, quien mejor debería defender al gremio que representa según los comentarios.
Y aun cuando existía un acuerdo por la nueva síndica para apoyar en todo a los artesanos, un grupo se le adelantó y ofreció todo su respaldo al edil, a cambio de obtener una buena atención durante los próximos 4 años y 8 meses.
Sin embargo, ahora es factible que las cuentas del patronato puedan ser auditadas como ha sido un constante reclamo de los chiautempenses, pues se han amarrado las manos a otros funcionarios para manejar los dineros producto de la renta de ocho locales comerciales ubicados en pleno centro de la ciudad.
Por cierto que en este tema, nos dicen que el Ayuntamiento prácticamente renta a precio de ganga dichos lugares, como por ejemplo el Palacio del Mueble que paga solo 16 mil pesos mensuales por el espacio de Bernardo Picazo siendo el de mayor extensión y por el que tendrían que pagarse cerca de los 100 mil pesos, según dicen los que saben.
