Hugo Valadez Hernández
No se trata de ser pretencioso ni ser adversario de nadie. Simple y llanamente es menester escudriñar en lo que nos presenta la realidad, para sacar de ella conclusiones que nos permitan sortear las amenazas y poder salvar nuestra existencia.
Creo que nadie en su sano juicio echa en saco roto la urgencia de regresar a clases presenciales, ya que las afectaciones más graves son evidentes: deserción escolar y nulo, o casi nulo, aprovechamiento académico. Sin embargo, nos debemos preguntar ¿Es seguro regresar a clases presenciales? ¿El grado de inmunidad de niños y jóvenes es el mismo que cuando inicio la pandemia?
Evidentemente dos variables esenciales hay que analizar para un regreso clases presenciales con riesgos menores. Primero. El porcentaje de la población vacunada. Expertos dicen que para alcanzar “la inmunidad de rebaño” se tiene que vacunar el 70 % de la población. Segundo. El comportamiento del virus SARS-CoV-2. Como sabemos hay mutaciones del original mostrándose más contagioso y mortal. El secretario de Salud (SESA) de Tlaxcala, René Lima Morales, informó que Tlaxcala ya registra la variante delta de Covid-19 (El Sol de Tlaxcala, 25 de julio).
Veamos los datos. El 12 de julio, el medio animalpolitoco.com encabeza su nota por Andrea Vega “Vacunación a contrarreloj: delta se propaga en México con solo el 26.8% de la población inmunizada” y dice lo siguiente: “El gobierno de México va contrarreloj en su tarea de vacunar a la población para evitar el desborde de los hospitales y el aumento de muertes ante un nuevo repunte de la pandemia, en el que ya se reportan hasta 9 mil casos diarios de COVID, y que llega cuando solo el 26.8 % de la población ha recibido al menos una dosis… La tercera ola de la crisis sanitaria, está impulsada, sobre todo, por los contagios entre la población más joven, que no ha recibido ni la primera dosis de la vacuna COVID… En ese grupo es donde delta puede encontrar la plataforma para elevar el ritmo de casos a nivel nacional”. Más adelante Jaime Sepulveda, director ejecutivo del Instituto de Ciencias de la Salud Global de la Universidad de California, explica: “En México sabemos que ya está circulando (variante delta), seguramente va a ser la predominante en poco tiempo y es una variante más agresiva en cuanto a su trasmisión, es 40 a 60% más transmisible que variantes previas “.
Al final de esta nota indica que para alcanzar el 70 % de la población vacunada se deben inmunizar a 88 millones de personas.
En su cuenta de twitter Hugo Lopez-Gatell publicó: “al 27 de julio, en México se ha vacunado contra covid-19 a 44 millones 188 mil 943 personas, que representan el 49 % de la población mayor de 18 años” y enseguida muestra una imagen: 24, 856, 170 personas tienen esquema completo y 19, 332, 773 personas con una sola dosis.
En El Economista del 18 de julio. “El número de nuevas infecciones diarias aumentó la semana pasada a niveles no vistos desde febrero”.
La página elceo.com/internacional nos dice que en nuestro país se han aplicado al 27 de julio 61, 858, 631 vacunas para un 49 % de la población y el % de la población con esquema completo de vacunación es de 19.4. En una relatoría, más abajo, dice: “El país registra una tercera ola de contagios particularmente entre los habitantes más jóvenes”.
La página graphics.reuters.com nos muestra cifras y gráficos alarmantes “México reporta el número más alto de nuevos contagios desde enero. Los contagios por COVID-19 están incrementando en México, con 13, 911 nuevos contagios. Esto representa un 79 % del pico –la media más alta reportada en 20 de enero–” y si nos fijamos en los gráficos hay una tendencia constante en el aumento de muertos, siendo la más alta el ultimo día reportado (28 de julio con 537). Nunca se ha aplanado la curva, hemos venido brincando ola tras ola siempre la última más grande que la primera.
Conjugando los datos anteriores, rondamos el 20 % de la población vacunada con dosis completa. El 30 % con media dosis. En ninguno de estos porcentajes entra la población menor de 18 años. La variante delta es más contagiosa y mortal, capaz de agravar a niños y jóvenes y llevarlos a situaciones críticas. Abrir las escuelas, rompería los esquemas de las medidas sanitarias. La movilidad y contacto social que representa esto, evitaría romper la cadena de contagios. Ya lo demostraron los intentos que se hicieron en el estado de Campeche, que tuvieron que regresar a la educación a distancia por los contagios en alumnos y maestros.
La Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FNERRR), con presencia en todo el país, ha dado lectura correcta al comportamiento actual de la pandemia y concluye que los más expuestos son los jóvenes y niños; ante los arrebatos del presidente López Obrador, que ha ordenado regresen a las escuelas “llueva, tuene o relampaguee” (que es literalmente mandar al matadero a miles de niños y jóvenes); han decidido clausurar escuelas. Es correcta la posición de la FNERRR y es un acto de justicia respaldar su lucha, que es la del pueblo de México.
En Tlaxcala la situación de la pandemia no es muy diferente a la nacional. La FNERRR en Tlaxcala ha hecho el mismo llamado a las autoridades. Por suerte o por infortunio, tenemos a una morenista “humanista” como presidenta electa, Lorena Cuellar Cisneros, quien al final de cuentas tomará la decisión de abrir o no las escuelas. La disyuntiva es ¿Será fiel a los mandatos del presidente? o ¿Escuchará las justas razones de los jóvenes conscientes y organizados? El tiempo lo descubre todo. Lo veremos muy pronto.
