LA USURA, INSTRUMENTO DE LOS PODEROSOS

Carlos Noé Sánchez Rodríguez

 Hace ya muchos años que la usura fue condenada como una de las costumbres económicas más perversas y explotadoras de la sociedad antigua, la práctica de prestar dinero a redito significaba empobrecer al máximo a los que, por desgracia, tenían que pedir prestado para sobrevivir, y por ello era condenada y considerada como altamente nociva por la sociedad en general.

    Sin desconocer que la política de prestar dinero para desarrollar la economía de las empresas en general es fundamental para su crecimiento y consolidación, por ello me refiero en este escrito a la práctica de prestar dinero para el consumo de las familias de menores recursos, que recurren a estos actos para adquirir lo más indispensable para vivir y que debido a su situación se obligan a solicitar créditos.

     En la sociedad actual sigue prevaleciendo este procedimiento, ahora protegido y auspiciado por el mismo estado moderno, quien lo ha institucionalizado, modernizado y acrecentado y le ha entregado a los llamados agiotistas un poder omnímodo sobre los ciudadanos que tienen la desgracia de tener que pedir dinero prestado para resolver sus carencias, ahora ya no son sólo los prestamistas locales, conocidos en todos los pueblos por ofrecer dinero a redito, sino que se ha extendido toda una red de prestamistas en todos los poros de la sociedad, hasta los grandes bancos que prestan con intereses más altos de los permitidos.

    A pesar de que el hábito de prestar dinero está debidamente regulado, normado y supuestamente vigilado, para que cumpla con su papel  de aceitar la economía, la inmensa mayoría de los que realizan esta práctica no cumplen con la normatividad sobre todo en los montos de los intereses, en las formas de exigir el pago y en la transparencia del manejo de las cantidades prestadas, por lo que valiéndose de la ignorancia e inexperiencia de los deudores, logran cobrar cantidades excesivas y fatales, hundiéndolos en las más grandes de las miserias, entre ellos están no solo las Casas de préstamos, las Cajas de ahorro, los grandes almacenes como Elecktra, Coopel, Soriana, Walmart, etc., amén de los particulares y algunos Bancos comerciales.

    La usura  existe en las sociedades altamente desiguales, en la cual esta polarizada la riqueza y la pobreza, donde existe una clase social depauperizada  en donde sus ingresos normales no alcanzan para cubrir sus necesidades y por ello se ve impelida a solicitar préstamos, el problema es que en lugar de salir de los problemas de los que piden los hunden desesperadamente en la pobreza más lacerante.

   En algunos municipios tlaxcaltecas como Tlaxco, Terrenate, Huamantla, Altzayanca, etc., hay ya muchos pueblos, casi enteros, que están sumamente endeudados, en muchos de ellos saben que no van a poder pagar por los altísimos intereses de los prestamistas y usureros, y su situación se hace cada día más difícil, algunos viven escondidos, otros abandonan sus casas y emigran a otros pueblos o las ciudades, incluso se aventuran a irse de mojados a los E.U. pero los más, son objetos de despojo de los muebles elementales de su casa o de la tierra que posee para vivir, además de que son  reportados al buró de crédito negándoles así, incluso poder obtener otros apoyos institucionales.

    No basta, por lo tanto, exigir al estado que vigile la cuantía de los intereses y los procedimientos de los prestamistas, o los que otorgan créditos en forma fácil para vender sus mercancías y vaciar sus almacenes abarrotados, que muchas veces ni siquiera son de primera necesidad, lo que es urgente es mejorar los ingresos de todos los trabajadores que producen la riqueza de este país, es necesario que se paguen mejores salarios, que haya mejores oportunidades para los campesinos que aún viven de las magras cosechas, o de la venta de animales y sus productos, en fin es preciso mejorar las condiciones de vida de  los mexicanos sobre todo de los más pobres. Una sociedad altamente polarizada donde unos cuantos poderosos amasan grandes fortunas, y por otro lado una inmensa mayoría que vive en la miseria no conviene a nadie. Sólo si se modifica el modelo económico se disminuirá la usura y sus efectos perniciosos.

     

Relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button
WP Twitter Auto Publish Powered By : XYZScripts.com