La urgencia de crear consciencia

Bernardino Vazquez Mazatzi

Escritor y Periodista

 

Sin duda alguna, los actuales son nuevos tiempos para México y por nuevos, quiero decir diferentes, distintos, inéditos. Se vive un cambio no necesariamente o no únicamente consecuencia o resultado de cuestiones políticas, electorales o de cambio de gobierno; simplemente en nuestro país hay nuevas formas de pensamiento, otras necesidades, actitudes no experimentadas y otros anhelos.

Estos nuevos tiempos no necesariamente son mejores por el hecho de provenir de un cambio, sino que se nos ofrecen y proponen mejorables, perfectibles, maleables, dirigibles y convertibles en lo que se espera de todos como sociedad y cultura. Nos ofrecen el reto inmejorable de trascender, de cambiar y modificar para bien, nos abren un abanico de oportunidades con un lenguaje simple.

Para su crecimiento y progreso a México le favorece su inmensa riqueza natural, su cultura y la fortaleza de su raza, lo impulsa la inagotable imaginación de sus artistas, la iniciativa de su gente, la voluntad de millones y millones de seres que sólo esperan la oportunidad, un pequeño resquicio por donde iniciar, una posibilidad de desarrollar el talento…

Pero todo ello no sirve de nada si no hay consciencia, si no se tiene claro qué y para qué, hacia dónde y por qué… ninguna forma de riqueza prosperará si no hay antes una riqueza espiritual, respeto para sí y para los demás, amor por la naturaleza y por los semejantes, tolerancia universal, voluntad y paciencia para escuchar y ser escuchados, tiempo para servir y ser útil… simplemente consciencia del ser en el espacio temporal.

México es un país hermoso, maravilloso, enorme, rico, bondadoso y generoso. No hay en el planeta ni en el universo una tierra similar en sus libertades y oportunidades; no hay nación en el continente que se jacte de contar con tantas expresiones culturales ni con el caudal de oportunidades que se abren y se ofrecen en todo lugar y tiempo. Todo México es posibilidad y el principio.

Sin embargo, ese nacionalismo no corresponde a la realidad y al abrir los ojos, encontramos que por la ausencia de la consciencia malos ciudadanos ensucian las calles, cometen atrocidades en nombre de la ley y al amparo de la corrupción, agreden por una simpleza asesinando o golpeando de manera estúpida y eliminando mujeres como si de exterminarlas se tratara. La realidad que nos golpea el rostro es de malos gobernantes que se enriquecen hasta la locura y jueces y magistrados que por unas monedas se venden como prostitutos.

A México lo hiere y lo mata la apatía, el desinterés y el valedrismo de la gente, lo hunde y ensucia la corrupción, la ineptitud e incompetencia del gobierno; lo enferma el cáncer que representa la ausencia de compromiso colectivo e individual, el desinterés por fomentar y ejercer los valores humanos, el negar a los hijos y vecinos los ejemplos de respeto y tolerancia y el responsabilizar a otros, a todos, de los vicios y errores personales y convertir a otro en el victimario y culpable de todo cuanto pase o deje de pasar.

Si no hay consciencia de la importancia que tiene la responsabilidad, el derecho y obligación que tenemos todos y cada uno de los mexicanos, entonces estamos convirtiendo a ese hermoso y rico país nuestro en un muro de lamentos y en un recipiente en el que a diario y con cualquier pretexto arrojamos la miseria de nuestra existencia sin objetivo ni rumbo ni ambiciones.

¿Que viva México? ¿Dónde y cómo? Si quienes en él vivimos carecemos de lo esencial: consciencia. Es tan noble la patria que nada nos niega pero es su gente tan ingrata y cruel que mata, contamina, lastima, roba, miente, defrauda… nos estamos acabando al México que nos fue entregado; estamos desgraciando a la patria que nos fue prestado por las futuras generaciones. Estamos mal y estaremos peor si no trascendemos en la historia de la humanidad y logramos alcanzar esa virtud llamada consciencia.

Ningún cambio económico, político, social, cultural o de gobierno sirve ni va a servir si no antes hay un compromiso personal y colectivo por adoptar la conciencia como principio y objetivo…

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