La seguridad, un tema pendiente del gobierno

Edith Martínez Ventura

Vocera estatal del Movimiento Antorchista en Tlaxcala

La semana pasada un medio digital informativo en Tlaxcala realizó una encuesta para saber qué opinaba la gente respecto al tema de la inseguridad en el estado, y de 871 votos, el 73.7% consideró que el incremento de este asunto se debe a que el gobierno del estado desatendió la seguridad; la respuesta del público demuestra que la inseguridad va en aumento, lo que además se constata con la serie de denuncias que se han dado respecto al tema y que pone en evidencia que Tlaxcala ha dejado de ser uno de los estados más tranquilos y seguros del país, como se mencionaba en la prensa local hasta hace unos meses.

Y es que el problema se ha ido agravando, la inseguridad ya no es sólo un asunto superficial, ahora se ha dado a conocer con mayor frecuencia en los medios informativos, que casi todos los días aparecen cuerpos tirados en terrenos baldíos, hay una desaparición constate de personas, mujeres y niños sobre todo, que desvalijan automóviles en pleno día, robos a negocios en la capital del estado, saqueo de trailers, entre otros; todo esto se suma a la mala concepción que se tiende de Tlaxcala porque en el sur del estado se anidan los famosos “padrotes”, gente dedicada a la trata de personas en el país y el extranjero. Con estas evidencias es claro que la seguridad en todos sus aspectos ha ido mermando, pero además revela que los mecanismos que ha implementado el gobierno actual y anteriores para hacer frente a esta situación no ha servido para mucho, al contrario, la gente vive con más miedo de salir a las calles y que sea asaltado o que ya no regrese a su hogar.

Lo cierto es que este no es un problema exclusivo de Tlaxcala, en el país se ha desatado una ola de inseguridad que no se ha podido frenar ni combatir, en diversos estados la seguridad se ha vuelto una utopía y otros para allá van; el crimen organizado, la delincuencia, la trata de personas, el narcotráfico, etc., etc., son los temas constantes de los encabezados de los medios informativos, y aunque se dan a conocer dichos sucesos la situación no ha cambiado en nada.

Todo esto lo menciono porque llevamos ya más de un año con un nuevo gobierno, mismo que en su informe presentado hace un mes, expuso con claridad que uno de los ejes principales sobre los cuales se dedicaría a trabajar era garantizar la seguridad, pero en esto, y lo puede constatar el lector, no se ha avanzado, al contrario, con mayor frecuencia en el transporte público, en las escuelas, en los parques y en otros lugares se escucha decir a la gente que -Tlaxcala ha dejado de ser tranquilo, ya donde quiera desaparece gente y aparece solo su cadáver unas semanas después en otros lugares o simplemente no aparece, hay asaltos a escuelas y negocios, se vende droga a los jóvenes en la vía pública y las autoridades no hacen nada, ya no es como antes, ahora Tlaxcala no es seguro-; ante este panorama cabe preguntarse ¿y qué se hará al respecto? ¿Cómo le hará el gobierno para atender la demanda de la gente de vivir más tranquilamente?

Es necesario precisar que en una sociedad divida en clases sociales, donde la clase política que gobierna se dedica a proteger y privilegiar a unos cuantos, mientras la inmensa mayoría vive indignamente, sin trabajo, con salarios mal pagados, sin acceso a la buena educación, servicios médicos y de recreación social, no tienen otra alternativa que refugiarse y buscar una salida fácil a su condición de miseria en la delincuencia, dicha opción les ofrece como garantía una vida un poco mejor, lamentablemente a cabio de una creación de inestabilidad social a la que ahora se pretende hacer frente a través del uso de más violencia y armas.

Como se aprecia la política gubernamental se ha dedicado a resolver el problema de la inseguridad con mecanismos más lacerantes para la sociedad, sin reconocer que el fondo del asunto es meramente económico, que el brindar mejores condiciones de vida puede ayudar a cambiar la situación, pues la gente en lugar de dedicarse al secuestro, robo u otras actividades ilícitas, invertirá su tiempo educándose, practicando deporte, haciendo arte y cultura; pero como esto no sucede, todo intento que se haga para frenar la delincuencia y con ello reducir la inseguridad tendrá muy poco efecto.

El gobierno actual le sigue quedando a deber mucho al pueblo tlaxcalteca, es cierto que llevamos apenas un año de su administración, pero este asunto no es nuevo, y a mi juicio considero que mientras la política de atender los asuntos no cambie y se siga prestando más atención la inversión extrajera, remodelación de estadios o a hacer alianzas políticas por la cercanía de la contienda electoral, sin garantizar más y mejores trabajos con buenos salarios, acceso a la vivienda sin tanto burocratismo, mejores servicios de salud y atender las necesidades de los jóvenes que desean seguir estudiando y que no pueden tener una escuela en su comunidad porque no se quiere invertir en crear más escuelas, el asunto de la seguridad seguirá pendiente y el pueblo no tardará mucho en hacer su reclamo.

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