La propuesta femenil del PAC para Chiautempan y Tlaltelulco

Saúl Cano Moreno

Ingeniero en sistemas

De entre la oferta política que se encuentra uno en Chiautempan, llaman la atención dos nombres de mujeres que con las siglas del Partido Alianza Ciudadana, Patsy Amaro Ramírez y Guadalupe Corona Barragán, buscan empoderar al sector femenil de la zona de la montaña la Malinche.

Resulta muy agradable saber que ambas tienen reales oportunidades de ganar y deben ganar primero, porque representan el atrevimiento de la mujer por llegar al poder, por aspirar a mejorar las condiciones de su gente, por mostrar a los hombres cómo se gobierna y porque no hay entre el resto de las propuestas un mejor proyecto de gobierno, tanto en la diputación del distrito IX, como para la presidencia municipal de Chiautempan.

La gente de Chiautempan y Tlaltelulco saben que no hay muchas candidaturas femeninas en esos municipios y que las que existen, son sólo cuotas políticas o cuestiones de equidad de género, son candidatas y candidatos emergentes y no proyectos viables, posibles, creíbles y de aceptación entre el electorado.

Patsy y Lupita además de ser la verdadera y tal vez la única opción en esos municipios, vienen a refrescar este clima enrarecido de la política en la región, en donde mediocres candidatos y grises partidos se han dedicado a enlodar las campañas, a ensuciar con panfletos, agresiones, golpes y porquería el proceso electoral que no es más que una forma de democracia y de libre elección de los gobiernos en el congreso y en el ayuntamiento.

Casi al final del trayecto para muchos ciudadanos de Chiautempan y La Magdalena estas dos mujeres valientes representan su única esperanza, la real opción de encontrar un gobierno representativo, popular, profesional y cercano a la sociedad.

Pero al mismo tiempo, por ser mujeres se enfrentan la misoginia de los varones, el inexplicable e injusto voto duro de la inercia política, la incomprensible falta de solidaridad de género del resto de las mujeres y la desigualdad de oportunidades de la ley electoral. Esto, claro, se elimina con la participación de las damas en la política y con su afluencia a las urnas el 5 de junio, día de las elecciones.

Y sí, para un gran sector de la población las propuestas y los proyectos de estas dos mujeres anticipadas a su tiempo y con una amplia visión de lo que representa el poder, son el elemento con el que la región habrá de salir adelante, son la estrategia perfectamente definida de qué es lo que se debe hacer y cómo pues no es su discurso un catálogo de buenas intenciones, sino el resumen que concentra la convivencia con el pueblo y la interpretación de sus necesidades.

Lo peor que le pueda pasar a Chiautempan y a Tlaltelulco es que los electores no alcancen a ver que en el destino de esos dos municipios hay la posibilidad de hacer realidad el cambio y el peligro de ser gobernados siempre por los mismos y de la misma forma.

Lo peor que puede pasar es que en estas elecciones se desaproveche el enorme potencial que representan estas mujeres y la amplísima experiencia que tienen de forma independiente y que sumada sin duda representarán el despegue de esos dos municipios y la región.

Sumidos en el marasmo de la promesa sin sentido, en el escándalo del perifoneo, en la basura de los panfletos, en el tedio por los discursos sin fin, hay dos damas que te invitan a ser parte del cambio y no de lo mismo, a ser parte de la solución y no del problema; como siempre, está en el electorado, en el ciudadano común, el destino de Chiautempan y Tlaltelulco, el PAC es la mejor opción.

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