Columna/Zhar Zuleiman
La carrera gubernamental de 2021 y la próxima modificación política que se dará en Tlaxcala, llevó a agentes externos meter sus manos en las asambleas del Partido Encuentro Social Tlaxcala (PEST), sin embargo, la legalidad ganó con la mayoría de asambleas para quienes son verdaderamente militantes desde su creación en la entidad.
La guerra sucia que iniciaron diferentes cuadros políticos no les alcanzó para hacerse de este instituto político, ni tampoco de las prerrogativas que el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE) debe entregar, aún cuando el TET permitió nuevas asambleas distritales, que incluso terminaron en agresiones en una deportista destacada no solo para el estado sino para el país.
Si bien no se dejaron ver en público, se conocieron por sus movimientos como el diputado federal José de la Luz Sosa, que dicen los que saben, renunció a Morena para irse al PES para que no le quitaran el 30 por ciento de su dieta salarial como parte del acuerdo de la fracción mayoritaria en San Lázaro.
De igual forma, los excandidatos Ernesto Bernal y Carmen Castellanos, quienes se aliaron con otros personajes políticos y fueron convencidos de que con su apoyo podrían tomar las riendas del PEST, lo que insisto, solo dejó entrever la ambición personal y ni siquiera de grupo.
Al final de cuentas, la verdadera militancia que concuerda con la ideología cristiana fue quien confió una vez más en el actual diputado local, José Luis Garrido Cruz, mejor conocido como “La Garra”, para dirigir al partido y enfrentar los retos de 2020 y 2021.
La injerencia externa, incluso, llevó a un grupo de personajes que se dice tener peso por la gubernatura, para dar poder a panistas, que infiltraron supuestamente a simpatizantes para agredir a la verdadera militancia, un movimiento político que ya no funciona en Tlaxcala, donde todo mundo se conoce.
Ahora toca el turno de que el TET muestre congruencia, pues al abrir el proceso de asambleas a ciudadanos y simpatizantes, los resultaron fueron desastrosos, y aun así, aquí ganó la militancia.
