Bernardino Vazquez Mazatzi
Escritor y Periodista
A nivel nacional, Televisión Azteca dedicó un importante espacio en sus noticieros para hablar de El Telar y La Flor de la Abundancia, fenómeno supuestamente financiero sin la mínima viabilidad de ganancias para los presuntos inversionistas y en cambio, con todos los elementos de un fraude.
Minuciosamente analizado y expuesto por sus analistas financieros, TV Azteca dejó en claro cómo es que matemáticamente es totalmente imposible que se dé cumplimiento a la promesa de ganancia para los participantes y explicó detalladamente cómo es que opera para convertirse en fraude y robo a ambiciosos e ilusos inversionistas.
De acuerdo a los expertos, La Flor y El Telar carecen de registro ante la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, que no tiene contratos ni convenios avalados por la Procuraduría Federal del Consumidor ni los firma con los socios o aportadores de recursos, que no tiene el visto ni la autorización de la CONDUCEF y mucho menos es una institución o empresa financiara autorizada o conocida.
Visto así, se tiene a la vista uno de los más grandes atracos a gente pobre de los pueblos de Tlaxcala sin que hasta el momento autoridad alguna se haya tomado la molestia de conocer o investigar o intervenir para evitar que el robo continué, pues a pesar de que los afectados ya empezaron a vislumbrar que los han engañado, no actúan.
Lo cierto es que ya la Procuraduría General de Justicia del Estado tiene algunas demandas penales por fraude y que han sido interpuestas por personas engañadas. Lo malo es que estas denuncias no son en contra de los dueños u operadores de esas organizaciones, sino en contra de quien los invitó a participar que a veces hasta son los mismos a quienes entregaron el dinero que va de 12 mil a 24 mil pesos pues la promesa era de obtener hasta 192 mil pesos por esa sola entrega.
Los demandantes, todos originarios de las faldas de la montaña, dicen que no conocen a los principales operadores de La Flor y El Telar, pero que a ellos sólo les importa que quien los invitó a participar, quienes ofrecieron sus domicilios para las reuniones y quienes recibieron en sus manos el dinero les regresen el mismo, lo que está creando conflictos entre vecinos que inocentemente o por necesidad e ignorancia creyeron que se puede ser rico de la noche a la mañana.
Las sumas que se manejan en este asunto no son poca cosa. Hay casos de familias en las que “le entraron” todos los miembros incluyendo yernos y nueras y todos con aportaciones de 24 mil pesos. Tan sólo en una comunidad de Chiautempan se habla de que en un barrio se reunió la nada despreciable cifra de dos millones de pesos, o casi. Para el caso es lo mismo.
Y se dice que pese a lo que aseguren los detractores de esa ilusa organización financiera algunos sí recibieron sus 192 mil pesos, o el tanto que haya sido, y que gracias a ello han adquirido bienes; pero otros dicen que eso no es cierto, que incluso hay vecinos que se prestaron como paleros y que si bien ante los miembros del grupo recibieron dinero, en realidad lo devolvieron a cambio de una cantidad irrisoria pues de lo que se trataba era de hacer creíble el juego. Todos han perdido, menos los organizadores o dueños del truco.
De cualquier forma y conforme va pasando el tiempo, cada vez menos personas tienen posibilidades de recibir su fabulosa recompensa económica pues se reduce el margen de maniobra de las operaciones matemáticas financieras. Y con ello, cada vez van a ir apareciendo grupos de vecinos que se van a decir defraudados y robados y hasta van a exigir con movilizaciones y presiones que el gobierno los rescate… tan fácil que es ganarse el pan con el sudor de la frente y, como decía mi abuela, pero qué necesidad de meterse en problemas…
La inocencia, la ambición, el creer en los Reyes Magos a esta edad, la confianza en desconocidos y la necesidad juegan a favor de quien usted me diga, pero nunca a favor de los pobres que no por eso a fuerza deben ser carne de cañón.
Y esta forma de fraude ya se había anunciado antes, ya muchos lo habían denunciado, incluso algunos diputados locales tuvieron conocimiento de lo que ocurría en las comunidades, pero nadie hizo nada, las más altas autoridades se enteraron de que estaban engañando a la gente y se desentendieron: ahí están las consecuencias…