La economía mexicana y las ganas de fregar

Bernardino Vazquez Mazatzi

Escritor y Periodista

Los críticos del actual régimen de gobierno se desgarran las vestiduras y se revuelcan en su ignorancia demostrando que más que opinar, conocer y aportar lo que quieren es molestar. Hablan de economía como si supieran lo que dicen o como si su mundo girara en torno a las finanzas internacionales o su fuerte fueran las inversiones, las exportaciones, sus acciones en la Bolsa Mexicana de Valores y las paridades del peso frente a las monedas del mundo.

México, como todos los países del planeta, inicia en estos días un estancamiento económico que en muchas naciones se convertirá en franca recesión y crecimiento cero o negativo. El problema de estos tiempos es que no hay ninguna economía en todo el mundo que no esté sujeta a los caprichos o vaivenes de las economías de las grandes potencias. Por ello, si una región o país sufre la caída en su crecimiento, las economías de los países emergentes, o en desarrollo, tendrán una crisis de la que nada ni nadie las podrá salvar.

A inicios de su gestión, el presidente Andrés Manuel López Obrador había pronosticado un crecimiento del 3 al 3.5 por ciento para la economía mexicana. También a principios del 2019, las calificadoras mundiales y las instituciones financieras globales habían previsto un avance, en su registro menos optimista, del 1 por ciento para las economías de Japón, China, Alemania, Estados Unidos y Singapur por decir algunas. Todos estaban equivocados. A mediados de este año Washington anunció un estancamiento en su crecimiento y con ello todas las previsiones se vinieron al suelo.

Por lo que respecta a nuestro país, démonos de buenos que se prevé un 0.0 por ciento en el crecimiento de la economía y en el peor de los escenarios, una caída del 0.1 al 1.0 por ciento, contrario a lo que se está visualizando para países de Centro y Sudamérica con una crisis que podría llegar al 3.5 y hasta el 5 por ciento, acompañad de devaluaciones, caída en la producción y en las exportaciones, violencia y migración.

México, si bien registrará los embates del fenómeno financiero mundial, tendrá mayor capacidad para soportar la caída generalizada de las economías por cierto, cíclicas en el entorno global, debido a la fortaleza y diversificación de sus exportaciones, habida cuenta de que ya no dependen del petróleo y ya no están focalizadas en el intercambio comercial con Estados Unidos y Canadá. Actualmente nuestro país goza de tratados comerciales con importantes regiones de este y todos los continentes y las reservas, petroleras y en dólares, dan solidez y certidumbre a la economía nacional.

Los críticos del actual gobierno se solazan y gozan con este negro panorama para el crecimiento económico y disfrutan el panorama incierto desde su cortedad de alcances y desde sus deseos por un fracaso del régimen. Desde su ignorancia y mala fe hacen correr el rumor de que hay una equivocada conducción del país, de que no hay capacidad ni conocimiento para hacer crecer la economía nacional y de que el futuro será el despeñadero, la ruina, el fin…

Lo cierto es que ante el escenario económico mundial, ningún partido político ni todos juntos, ningún hombre que los represente por separado o en conjunto y ninguna fórmula aprendida o por crearse, sería capaz de detener la caída en el crecimiento de las economías más poderosas del mundo como las de Alemania, Japón, China, Singapur y Estados Unidos que ya han anunciado cero crecimiento o un muy miserable avance. Esta caída arrastrará de manera inevitable al resto del planeta. De esta nadie se salva y menos, la sortearán las críticas destructivas y las opiniones de quienes saben poco o nada del tema.

A México le va a salvar de la catástrofe financiera mundial la correcta conducción de la política económica interna y externa, más no las opiniones; saldremos adelante por la confianza de los inversionistas y por la disciplina financiera interna y no por las críticas negativas de frustrados y dolidos. A México le hace falta gente positiva, con propuestas y proyectos, no con opiniones que sólo buscan desorientar. Hay gente que quiere salir adelante; pero también la hay con ganas de chingar.

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