LA BÚSQUEDA

No son menos los que en este momento, alrededor del mundo, se encuentran en una carrera contra el tiempo.

La búsqueda de una cura para la enfermedad que genera el coronavirus (covid-19) que en este momento tiene a todos los países del mundo semiparalizados, los comentarios en los medios nacionales e internacionales, así como en las redes sociales, están llenos de noticias e imágenes que a la gran mayoría nos tienen en el paroxismo.

Aquí, en nuestro país, nuestro ilustre presidente nos dice que tengamos calma, que estemos tranquilos, que somos un país fuerte y que siempre hemos salido adelante; y es cierto, pero ¿a costa de qué? ¿No hemos sido nosotros los ciudadanos los que mejor nos hemos organizado (a diferencia del gobierno) y al final los que más pesares hemos recibido? Solo como ejemplo, aún hay gente esperando para regresar a sus hogares después del sismo del 2017, esperando siempre que el gobierno cumpla su función que para eso está.

Aquí, el mal llamado enemigo invisible, nos está enfrentando en una guerra que no solo es de salud sino también económica, más aún en contra del mundo entero. Nunca como ahora la humanidad había estado tan amenazada y depende de cada líder de cada país tomar decisiones concretas basadas en datos científicos y técnicos que hagan que los ciudadanos, al menos en nuestro país, tengan una idea de qué están haciendo nuestras autoridades para que los daños no sean irreversibles.

No son menos los líderes que han tenido que retractarse por su actuar, aduciendo que solamente era una “gripita” y ahora, al menos en el hermano país del norte ya ni respiradores tienen para atender a tanto enfermo “la primera potencia del mundo”.

El ministro de Inglaterra Boris Johnson, en la misma actitud, pero ahora recluido por portar covid-19. Es de humanos equivocarse, pero hacerlo a costa de vidas humanas, es un crimen de estado o al menos eso entiendo. Como ciudadano, la indiferencia criminal surguida desde el poder.


Es tiempo, como ciudadanos de hacer lo correcto, ya sea que ayude o no el tequila, el tepache, el mole y las estampitas (entiendase la metáfora) es mejor tomar nuestras providencias, hagamos caso a los informes que ustedes crean sean los correctos y no pongamos en riesgo a nuestros seres queridos.
La búsqueda de una solución está en nuestras manos, hazlo por ti y por ellos (familia) y para los que pueden QUÉDENSE EN CASA.

Vaya pues una reflexión:

Dijo por la mañana “salgamos a los tianguis” y por la noche dijo “es tiempo de quedarse en casa”. ¿Son albures? Creo que no, QUÉDATE EN CASA.

Ingeniero Antonio Lima Flores

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