Impunidad de Fecha Azul, ATAH y SCT

Resulta indignante la indiferencia con la que la SCT trata el tema del pésimo servicio que prestan esas dos empresas del transporte federal

Bernardino Vázquez Mazatzi/Escritor y Periodista

La tragedia ocurrida este viernes 29 de abril en la carretera Puebla Chiautempan, conocida como Vía Corta, es una copia fiel de otros tantos accidentes protagonizados por unidades del transporte público de pasajeros a cargo de empresas como ATAH y Flecha Azul.

Como en otras fatales ocasiones, fue el exceso de velocidad, la desmedida ambición, la imprudencia, la irresponsabilidad y la falta de pericia del conductor lo que ocasionaron el accidente fatal entre Teolocholco y Acuamanala pero por encima de todo, la culpabilidad debe ser compartida con la autoridad del transporte federal que no tiene el interés ni la voluntad por supervisar y castigar el pésimo servicio que prestan esas dos empresas que en cada recorrido ponen en riesgo la vida de los tlaxcaltecas y poblanos.

Para nadie pasa desapercibido el peligro constante que representa la irresponsabilidad de los conductores de los microbuses de esas dos líneas, quienes van hablando por teléfono y platicando con alguien, generalmente hombre y pronunciando palabras soeces y vulgares pero sobre todo, nadie ha tenido el valor para frenar el sistema de tiempos que emplean y que les permite impunemente jugar carreras para ganarse el pasaje arriesgando así la vida de inocentes.

Resulta estúpida la forma en que las unidades de ATAH y Flecha Azul circulan por las calles de Chiautempan entorpeciendo la vialidad por avanzar a vuelta de rueda, hacer eternas paradas en la calle Morelos, en la calle Iturbide poniente y en parte baja del puente en El Alto para luego salir a toda velocidad por la Vía Corta para ganarle el pasaje a la unidad que le sigue.

Si utilizaran ese tiempo que pierden en todos esos puntos en donde la espera se hace eterna, en cubrir la ruta, no tendrían la necesidad de precipitarse de forma tan irresponsable y peligrosa sobre la carretera ni habría por qué lamentar la muerte de inocentes ciudadanos ni las lesiones y el dolor físico de quienes tienen la inevitable necesidad de trasladarse a Puebla en esas unidades que son ya una amenaza generalizada para los tlaxcaltecas-

Resulta indignante la indiferencia con la que la SCT trata el tema del pésimo servicio que prestan esas dos empresas del transporte federal. Se supone que existen supervisores pero, no siendo tan inocentes, no nos cuesta mucho imaginar los corruptos arreglos a que llegan “las partes” para que las cosas dejen de estar igual y se pongan peor.

O ¿acaso imaginan que vamos a creer que la autoridad del transporte federal ignora que los operadores de las micros hablan por teléfono o mandan mensajes de texto mientras trasladan personas? Claro que lo saben, pero los arreglos bajo el agua lo solucionan. La policía municipal de Chiautempan debería impedir que las unidades de esas empresas hagan base en esos puntos para impedir que luego tengan que correr para ganar pasaje.

Alguien en el gobierno, de cualquier nivel y grado de responsabilidad, si es que consideran que la tienen, deben poner un alto al trato grosero de los choferes, alguien debe obligarlos a bañarse y a no utilizar un lenguaje tan vulgar y sucio ante el pasaje, deben impedir que vayan fumando y con la música escandalizando… pero sobre todo, y esto es como una súplica, que alguien impida el sobrecupo en esas unidades pues transitan como sardinas…

Las autoridades, al evadir su responsabilidad fingiendo ignorar la situación del transporte público de Chiautempan a Puebla y Visceversa se hacen de alguna forma cómplices de los homicidios que cometen, no de ahora, ATAH y Flecha Azul. Y tanto esas empresas como esas autoridades, hasta ahora se mantienen impunes…

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