Bernardino Vazquez Mazatzi Escritor y Periodista
La realidad se impone, fría, cruel, calculadora, para quienes este fin de mes rindieron protesta como nuevas autoridades en el estado de Tlaxcala. Cumplir sus ofrecimientos de campaña y cumplirles a quienes les ofrecieron cargos y puestos en la administración será prácticamente imposible pues ahora descubren que las cosas no son como las imaginaron o como se las contaron.
Cumplir los compromisos hechos durante los recorridos proselitistas, atender las recomendaciones de las otras esferas del poder, ceder a las presiones de los partidos políticos y no dejar fuera a la familia será el mayor reto de los nuevos alcaldes y diputados locales y en el afán de tratar de impedir que alguien se quede afuera tienen que traicionar a muchos y de esa forma se van a empezar a ganar el rechazo de algunos personajes y grupos que se van a convertir en la piedra en el zapato o cuando menos, en los permanentes críticos y opositores.
Al inicio de la administración 2021-2024 se miraron rostros sorprendidos y gestos de frustración pues en algunas direcciones municipales no quedaron quienes, se juraba, estarían. Los lugares en la administración pública fueron ocupados, en algunos casos, por personajes realmente extraños, ajenos al equipo, de otras comunidades, gente sin trayectoria ni experiencia, recomendados pues, gente sin perfil ni compromiso, sin conocimiento de las necesidades, costumbres y tradiciones.
Eso es lo que dicen quienes ya estaban formados, quienes recibieron la promesa de estar en el gabinete municipal, quienes hicieron talacha política, quienes gastaron tiempo, dinero y hasta apostaron su imagen o tuvieron que traicionar sus antiguos ideales.
Al verse ajenos al gobierno ahora despotrican en contra del alcalde o de quienes tomaron las decisiones de seleccionar a los directores y jefes de área. Y más cuando ven que muchos de los elegidos son de otro partido, del que los atacó y obstruyó; ven que quienes están en el primer círculo del poder son personajes ya marcados por la sociedad como malos elementos, como quienes ya han estado en la administración y han dado muestras de malos resultados y que incluso han sido acusados de corrupción o acoso laboral.
Pero al presidente municipal no le dejaron otra opción: fueron obligados bajo presión política, por exigencia de grupos antagónicos y de los dirigentes políticos de los partidos que en alianza los llevaron al poder para integrar a tal o cual personaje a la administración. Incluso se habla de que algún alcalde ni siquiera participó en la designación de directores y jefes: simplemente se los impusieron y ahora debe medio gobernar con esas condiciones y circunstancias.
Cumplir simplemente no va a ser fácil o de plano va a ser imposible, es más, de esta forma se empieza a escribir el fracaso de la gestión pues el gobernante no va a tener autoridad y no será obedecido si no es al alcalde a quien le tienen que agradecer el hueso. Así es como se fueron al barranco administraciones recientes cuyos presidentes tuvieron que salir por la puerta de atrás, entre el repudio generalizado, la vergüenza total; el poder se pierde por eso y por extraviarse en el laberinto de la inexperiencia y la arrogancia, la corrupción y la impunidad.
En el gobierno del estado, los grupos ajenos al proyecto de la gobernadora prácticamente asaltaron el gabinete y se impusieron con personajes no necesariamente afines al ideal de la 4t. Desde esa posición Lorena Cuellar no va a poder cumplir de la forma y en el tiempo como lo hubiera querido. De esa forma se muestra que las buenas intenciones son la esencia de la campaña; cumplir es imposible.
Lo cierto es que la sociedad ve con tristeza que los nuevos funcionarios en realidad son viejos conocidos que saltan de administración en administración, que tienen suerte o mañas para incrustarse en el poder, que son los mismos de siempre ahora con una camiseta y ayer con otra y mañana con otra, que son los mismos que no han dado resultados y que tratan al pueblo con la punta del pie.
Puede darse el caso de que los actuales presidentes municipales, la gobernadora misma y hasta los diputados locales hayan colocado estratégicamente a los indeseables sólo por cumplir compromisos, pero con el tiempo habrán de colocar a verdaderas y valiosas piezas que los ayuden a cumplir sus ofrecimientos. Total, queda el pretexto o argumento de que estuvieron a prueba, que la oportunidad ya la tuvieron, y así cumplirle al pueblo en cuanto a una nueva forma de gobernar.
Sin duda que los toros se ven mejor desde la barrera.