Mientras que varios priistas se disponen a levantar la mano para buscar ser candidatos a diputados locales en 2018, no sería descabellado que a la hora de impulsar aspirantes, el alcalde chiautempense Héctor Domínguez Rugerio irrumpa.
Uno de sus argumentos más sólidos es la cantidad de votos que consiguió en las elecciones del año pasado en las que logró una victoria holgada: con la alianza PRI – Verde alcanzó nueve mil 484 votos contra ocho mil 69 del PRD – PT. Es decir, demostró que tiene poder de convocatoria y una especie de derecho para hacer alguna recomendación dentro del Revolucionario Institucional.
De paso, el dirigente estatal del tricolor, Florentino Domínguez Ordóñez, también es chiautempense y bien podrían ponerse de acuerdo a la hora de palomear a un candidato o candidata. Además, H se ha mantenido cercano en los actos más importantes del priismo.
Por cierto que varios de los colaboradores más cercanos de Domínguez Rugerio ya andan buscando la manera de acomodarse en el ánimo del partido en el poder para ser ungidos en su momento, aunque de por lo menos una baraja de cinco solo uno será el bueno. Alguno de ellos dice estar muy adelantado en la búsqueda porque asegura que fue el artífice del triunfo de H, pero habrá de esperar.
Pero de la vieja guardia de priistas que parecen no querer retirarse, en los corrillos políticos se dice que muy probablemente estaremos viendo en las boletas o por lo menos en las lonas propagandísticas a la exgobernadora tlaxcalteca Beatriz Paredes Rangel, quien después de su exilio político como diplomática mexicana en Brasil, anda de nuevo por estas tierras haciendo la labor que le corresponde para lograr una curul federal, ya sea en el Senado o una diputación, aunque para el primer espacio forzosamente tendría que salir a competir a las urnas.
Aun falta tiempo, pero quien no se mueva en el momento justo puede quedar fuera y varios funcionarios municipales ya andan en eso.
