Bernardino Vazquez Mazatzi
Escritor y Periodista
Resulta patético ver deambular a los flamantes nuevos funcionarios públicos improvisados y recomendados en cualquier presidencia municipal y da pena ajena su descaro al aceptar que carecen de conocimientos y proyectos para desempeñar el cargo que les regalo su lealtad y apoyo a un entonces candidato a presidente municipal y ahora flamante alcalde que aun en contra de su voluntad tuvo que aceptar a los recomendados del partido, a los parientes hostigosos y a los ahijados y demás parientes, que habría que colocar en algún puesto pues si no es ahora, cuándo…
Dicen lo que saben o creen que saben que el primer acto de corrupción de una persona es aceptar un puesto para el cual no está preparado, pero en estos asuntos de llegar a como dé lugar, no importa que los perfiles sean una llamada a misa y pasen a segundo término. Así es como en muchos palacios municipales del estado vemos deambular a hombres y mujeres a miles de kilómetros de comprender qué es la dirección que se les asignó, a qué se dedica, qué se hace en ella y cómo.
En algunos municipios, ante la evidente ignorancia e incapacidad de los nuevos funcionarios que no funcionan, alcalde y cabildo han determinado destituirlos pues en menos de tres meses se habían convertido en verdaderos obstáculos y enemigos de la administración que, para la desgracia de los ciudadanos que tienen malos ayuntamientos, es de ¡Cuatro años y ocho meses!
Dicen que el tan llevado y traído informe de los cien días es una broma muy pesada pues de nada sirve. Se supone que en tres meses y diez días muchos de los empleados del pueblo ya deben entregar resultados y los que no, pues simplemente se deberían de ir ¡tendrían que irse! Pero no, sólo son cambiados de dirección e incluso muchos son separados de su responsabilidad pero con el mismo sueldo pues se colocan como asesores. Los compromisos se cumplen al precio que sea.
La llegada de los tan temidos cien días de la presente administración causa escozor y ansiedad no sólo entre los directores y mandos medios y bajos, sino incluso en algunos presidentes municipales que simplemente no tiene mucho qué informar y mucho menos tienen con qué justificar su parálisis administrativa, su incompetencia e ineptitud y ahí, desde la silla presidencial, en la oscuridad de la realidad y en la soledad del poder, se observan los fantasmas de una crisis política que los lleve a la destitución, a la creación de un concejo municipal, a un cabildazo, a un llamado a elecciones extraordinarias y hasta se prepara ya al suplente para subirlo al poder.
Esos fantasmas no son sólo para asustar: esos espectros tiene verdaderas posibilidades de causar daño a los ayuntamientos y tienen verdaderos argumentos para provocar la caída de un alcalde, tienen fuertes y por ello peligrosos intereses por desestabilizar al gobierno municipal, hay ya motivos suficientes para levantar a los ciudadanos que han pasado del estupor a la ira y existen ya razones de sobra para pensar que determinado presidente municipal tiene sus días contados… o al menos, ya se tiene perfectamente claro qué alcalde ya ha caído de la gracia del pueblo y avizora días aciagos, inciertos, de mucho riesgo y de total inestabilidad.
Rondan muchos fantasmas en algunas presidencias municipales en donde los funcionarios improvisados y recomendados ya le han hecho mucho daño a la administración y para estas alturas ya es demasiado tarde para al menos tratar de recomponer el camino. A estas alturas para muchos ciudadanos aptos y con perfil ya les resulta por decir poco, poco sano y posible ocupar algún cargo en el municipio a riesgo de ser vinculados con el fracaso administrativo y político actual.
Vienen momentos difíciles para aquellos alcaldes que no entendieron que la sociedad está harta de un gobierno que antepone la política, los colores, las siglas y los compromisos al desarrollo y crecimiento del municipio. Y no obstante, no dan su brazo a torcer y defienden a ciertos personajes que son el compromiso y la presión del partido o de agentes externos al municipio.
