Bernardino Vazquez Mazatzi
Escritor y Periodista
El problema ahora es la desilusión casi generalizada de quienes apostaron la totalidad de sus esperanzas y expectativas en los gobiernos surgidos de esa como nueva filosofía o sistema de gobierno que se llama o llaman CUARTA TRANSFORMACION. Muchos entendieron y acogieron ese mensaje político u oferta de gobierno, promesa del fin de la pobreza y el sufrimiento, como la salvación del cuerpo y del alma, como la posibilidad de tener dinero sin trabajar o de llegar al poder para enriquecerse, pero ahora bajo otras siglas y colores.
En el afán de ganar, de vencer, de demostrar poderío electoral o sobrada simpatía, los candidatos de MORENA prometieron mucho, demasiado, tal y como lo hicieron en otros partidos y en otros tiempos, cuando buscaban el poder desde otros frentes. En esta nueva aventura hicieron lo mismo: prometieron hasta el hartazgo sabiendo que no iban a cumplir simplemente porque es imposible cumplir tan disparatadas ofertas que rayaron en el absurdo y el ridículo.
Como otros, en otros tiempos, los candidatos propuestos por MORENA, que no por sus bases, ofrecieron los mismos cargos públicos o espacios en la administración pública hasta a diez personas diferentes y juraron cumplir con las solicitudes de obra en un arranque de locura y sinrazón, pues de lo que se trataba era de ganar. Y ganaron. Y ya están en el poder. Pero no saben ni por dónde empezar o qué es lo que se hace ni cómo ni para qué.
A la luz de la realidad resulta que quienes los llevaron al poder, quienes se pusieron la camiseta y metieron las manos al fuego por el candidato o candidata ahora no forman parte del equipo, no fueron incluidos en el reparto del pastel, y ahora están muy, pero muy encabronados, decepcionados, con ganas de desquitarse con muchos y más cuando el lugar que creen que se merecían, está ocupado por gente que no apoyó en la campaña y que muchos, ni siquiera son del lugar en el que ahora cobran. Eso sí les duele. Y gacho.
Las nuevas autoridades, en términos generales, no pudieron con la presión de los grupos, con la exigencia de los partidos ni con los compromisos familiares. Tuvieron que ceder, aun a costa de la credibilidad y confianza social. Se están arriesgando y para muchos, ese capricho, sacrificio o ignorancia les va a salir muy caro. En algunos municipios ya se está viendo la rebelión de los afines y el ataque de los contrarios. Quiérase o no, ya hay movimientos desestabilizadores producto de desquites por la promesa incumplida.
Y es que los candidatos, ahora gobernantes, no midieron las consecuencias de sus promesas y ofrecieron los aretes de la luna a todos, repartieron el elixir de la sabiduría y de la salud a diestra e izquierda y juraron ser más puros y honrados que un recién nacido y ahora no saben cómo cumplir. Es más, muchos ya tienen perfectamente claro que NO VAN A CUMPLIR y que de aquello que prometieron van a cumplir demasiado poco, lo suficiente para decepcionar y para hacer que el electorado se arrepienta, en muchos casos, de haber apoyado a quienes jamás creyeron capaces de traicionarlos.
Las expectativas creadas por los antes aspirantes al poder y ahora gobernantes no tienen forma de aterrizar por imposibles. Para empezar, las direcciones municipales son demasiado pocas para el número tan grande de compromisos. Esos incumplimientos se traducen en reproches y amagos de desestabilización. Luego viene el proyecto de gobierno que no va a poder realizar todo lo prometido; el pueblo es un barril sin fondo, las necesidades tantas, las carencias muchas y el presupuesto tan mísero. Aunque no quieran esos gobiernos de cualquier nivel, no van a poder cumplir lo que prometieron.
Por eso, esta administración será la más corta no tanto por el tiempo, sino porque a inicios del 2023 o a finales del 2022 dará inicio la carrera por el poder con miras al 2024. Y de los resultados tangibles o no, del cumplimiento de las expectativas de los gobiernos actuales, del capital político con el que llegue MORENA a la campaña presidencial y de la confianza o rechazo social hacia el partido actualmente mayoritario, dependerá el triunfo o la derrota en las próximas elecciones.
Por lo pronto, las cosas se ven y se vienen muy difíciles para quienes prometieron mucho y poco, muy poco van a poder cumplir.