¡Encuentran legendario tesoro azteca en el zócalo de Tlaxcala!

Rafael Salas Vázquez

Fue don José Teomitzi, albañil que forma parte de la empresa contratada para la remodelación del zócalo o Plaza de la Constitución en la capital tlaxcalteca, quien descubriese ayer el afamado tesoro de Moctezuma, conformado por cientos de piezas de oro y jade.

Atónito, Don José Teomitzi no dio crédito a tan relevante descubrimiento, pues se trata del hallazgo arqueológico más relevante de los últimos años. La prensa nacional y extranjera ha comenzado a arribar a Tlaxcala deseosos de conocer el tesoro que Hernán Cortés sustrajo hace medio milenio de la antigua Tenochtitlán.

Don José Teomitzi, narró a su esposa Doña Lupe Tizatl cómo es que descubrió semejantes reliquias. Doña Lupe cuenta que el pasado 7 de septiembre, durante el temblor que sacudió la zona central de México, su esposo aún se encontraba laborando junto con su cuadrilla cuando, al crujir la tierra, escuchó que algo pesado cayó, como si hubiera un hueco debajo, justo por donde se encuentra la Fuente de la Santa Cruz. Cabe mencionar que esa fuente es la más antigua de Tlaxcala, fue un obsequio del Rey Felipe IV “El Grande” en 1646, esa fuente está adornada con seis querubines y una cruz labrados en cantera; aquí se surtía la población del agua proveniente del río Zahuapan.

El Señor Teomitzi se acercó y pudo ver que, debido al temblor, de había abierto una grieta desde la cual se podía vislumbrar una pequeña escalera. Sorprendido, acudió a su jefa, la Arquitecta Miriam Xochipa, quien ordenó que comenzaran las labores de excavación al día siguiente. Sin ninguna autorización por parte del INAH, y en absoluto secreto, la Arquitecta designó a 8 personas encabezadas por Don José Teomitzi para que indagaran hasta dónde conducían dichas escaleras, pues temió que se hiciera algún daño mayor por el paso de la maquinaria pesada que usualmente se utiliza.

La Arquitecta Xochipa sabe que debajo de toda la ciudad capital tlaxcalteca, se encuentran túneles y pasadizos muy antiguos, y ya en el pasado ha habido problemas al momento de permitir el paso de maquinaria o transporte pesado, al instalar drenajes o cableados, etc. Incluso en estos tiempos, que de improviso comenzó la obra liderada por SEDATU para la instalación de un nuevo y más grande sistema de drenaje por todo el centro histórico de Tlaxcala, se vieron varios de estos pasadizos, pero, no se hizo del conocimiento público por temor a que se desbordara la curiosidad de la gente y ello se entorpeciera la ya de por sí demorada obra. Incluso, hace semanas mandaron recubrir con plásticos todo el perímetro de la obra pues trataron de que los transeúntes no se percataran de estos túneles. Muchos de los túneles están bien registrados y muy pocos los conocen, sobre todo por el peligro que suponen derivado de su pésimo estado.

Cabe mencionar que ese registro lo guarda con recelo el párroco de la Catedral de Tlaxcala, la Gobernadora y el Presidente Municipal. Esos mapas se han pasado de gobernante en gobernante como una especie de secreto de estado; a los contratistas solo se les dio un mapa que señala “antiguo drenaje” pero en realidad se trata de túneles que desde la época prehispánica eran utilizados por los tlaxcaltecas para defenderse de las embestidas mexicas. Esos túneles siempre han conectado a los 4 señoríos de Tlaxcala y siempre fueron el secreto mejor guardado.

Pero hoy todo cambió, pues hay historias y secretos que tarde o temprano comienzan a ser develados. Tal vez el terremoto reciente, al igual que el de 1985 o el de 2017, rompió algo más que edificios, tal vez sea como una sacudida que nace de la memoria de un pueblo que se resiste a morir.

En cualquier caso, lo que llamó la atención de la Arquitecta Xochipa, fue precisamente que Don José Teomitzi descubrió un túnel del cual no tenían conocimiento ni los contratistas ni las autoridades, pues no aparecía en la relación escueta que se le proporcionó a la constructora. Jamás ella se hubiera imaginado la combinación de factores que llevarían al mayor descubrimiento arqueológico del siglo XXI. Por ejemplo, durante el terremoto de 2017 no había excavaciones profundas en el zócalo de Tlaxcala. Resulta curioso cómo es que, en 2021, en plena conmemoración del Bicentenario de la Consumación de la Independencia Nacional, se haya comenzado una obra de infraestructura grande en la Plaza de la Constitución, que se realizaran excavaciones profundas en Tlaxcala y que luego el 7 de septiembre de este año hubiera otro temblor lo suficientemente fuerte como para abrir una grieta justo en el lugar donde se encontraba el Sr. Teomitzi; lo anterior no es más que una gran y elaborada treta del destino, un signo inequívoco de que esto tenía que pasar, de algo que es inevitable, no fortuito.

Ha pasado más 1 mes desde que empezaron a excavar y hoy lunes 11 de octubre descubrieron la primera pieza de oro, ante lo cual comenzaron a gritar por la gran emoción y así es que rápidamente corrió el rumor por doquier. Extasiados por el hallazgo, continuaron excavando y descendiendo por las escaleras que los condujeron a un pasadizo donde encontraron más piezas de oro, finalmente, unos 30 metros hacia abajo se encuentra una pequeña cueva desde la cual pudieron ver una especie de ventana, y al asomarse y ayudados por la luz de las lámparas, pudieron ver los cofres repletos de oro y jade.

Al momento, se sabe que las autoridades nacionales y estatales han acordonado el área y los primeros reportes de personal del INAH son los siguientes: “44 cofres de madera aproximadamente de 90 por 50 centímetros cada uno con tapa de restos de tela, dentro de los cuales se encuentran figurillas prehispánicas de oro y doblones con la inscripción -De Hernando Cortes para sv magestad el Rey-. Dichos cofres en malas condiciones debido a la humedad de la cueva y el tiempo que éstos han estado ahí. Se presume que se trata del tesoro que durante siglos se dio por perdido durante la llamada “Noche Triste de Cortés” o también conocida como la “Noche Victoriosa de Tenochtitlán” del 30 de junio de 1520. Se envían muestras de las telas, metales y madera a laboratorio para análisis mediante técnica de Carbono 14 o radiocarbono para du datación. Por su tamaño, antigüedad, contexto y relevancia, podría ser el hallazgo del siglo.”

Con esto el nombre de Tlaxcala se fortalece a nivel mundial. Ya de por sí en 2021 se ha mencionado sobremanera el nombre de nuestro Estado, precisamente por la alianza que se realizó entre los tlaxcaltecas y los españoles hace medio milenio, pero este descubrimiento, nos terminará de apuntalar. Sin embargo, las dudas que surgen son innumerables: ¿La Noche Triste fue un mito creado por Cortés o por los tlaxcaltecas para sustraer el tesoro de Moctezuma sin levantar mayor sospecha? ¿Quién decidió enterrar el tesoro en Tlaxcala? ¿Cómo se reinterpretará la historia de México y de Tlaxcala después de este hallazgo? ¿Cómo debemos visualizar el papel de los tlaxcaltecas al permitir que se asentara en Tlaxcala semejante tesoro?…

Lo único cierto es que el primero que tuvo en sus manos la primera pieza de oro es Don José Teomitzi, quien hoy tuvo que ser hospitalizado de emergencia, pues dicen los testigos que en cuanto levantó de las escaleras que conducen a la cueva la pequeña figurilla de oro, sus ojos se tornaron color gris, y cayó desmayado. En un principio se pensó que era un efecto de la gran emoción, pero hoy los médicos no pueden detectar exactamente qué es lo que le pasó. Al enterarse de esto, Doña Lupe, la esposa de Don José no dudó en exclamar: “¡Es la maldición de Malinche, es la maldición del oro azteca!” y después se soltó a llorar. Solo hasta que se calmó es que pudo explicar la historia que su marido le había pedido guardar.

Los millones de teorías y la avalancha de información que encabezará Tlaxcala en los próximos años no tiene precedentes. Es momento de estar informados y reinterpretar con el más amplio criterio las razones de nuestros antepasados y los profundos secretos que hay en la “cuna de la nación”.

NOTA: Texto de ficción 1 de 3. Los datos y personajes aquí mencionados son ficticios y son parte del cuento llamado “Escala Tlaxcala”. No se pierdan la próxima semana el siguiente relato.