Rebeca Díaz Gómez
Antorcha magisterial es una agrupación de maestros de todos los niveles académicos que, preocupados por los magros resultados que ha tenido la educación en nuestro país en los últimas décadas y que actualmente en el contexto de la pandemia se agudizan, se organizan con el objetivo de proponer alternativas de solución a problemas estructurales.
Dado que a nivel internacional no existen precedentes de circunstancias como la presente, la educación sufrió cambios radicales. La nueva normalidad nos forzó, en cierto modo a improvisar educación a distancia que, por cierto, al día de hoy arrojan datos como los siguientes: 10 millones de alumnos en rezago, 800 mil alumnos en deserción escolar, según testimonios que han emitido organismos nacionales e internacionales como la OCDE.
Por lo anterior antorcha magisterial se pronuncia de forma categórica respecto a las condiciones y al rumbo que toma la educación en nuestro país y en nuestra entidad.
Las condiciones de precariedad económica de las familias en nuestro país no permiten tener acceso ni a computadoras personales ni a red de internet a 55.7% de los alumnos y, aunque no se contabiliza, también hay maestros adolecen de este tipo de elementos, por lo que es urgente que se garantice a los maestros el acceso a estos dos recursos, en este momento indispensables, para poder dar continuidad al proceso de enseñanza aprendizaje.
Se da por hecho que el magisterio nacional ha sido de los segmentos de la población que durante la pandemia no ha padecido; sin embargo, por datos encontrados en la prensa local y nacional, es evidente que los maestros más que estar preocupados por cómo resarcir el daño al aprovechamiento académico, están preocupados porque no han recibido pago desde hace varios meses, como ejemplo están los casos de Hidalgo y de Tlaxcala, porque están en riesgo el pago de sus prestaciones laborales o porque está en riesgo su trabajo que por modesto que sea, implica el sustento de sus familias, en estas condiciones se encuentran los compañeros de Puebla. Cualquier indicativo de poner en riesgo tanto la seguridad laboral como el goce de las prestaciones es reprobable dado que el magisterio ha estado cumpliendo con la tarea a pesar de la circunstancias. Los agremiados a Antorcha Magisterial en todo el país hacemos un llamado a las autoridades estatales y federales a no aprovechar las condiciones para intimidar o dejar de remunerar el trabajo de nuestros compañeros maestros.
Es evidente para todos los actores que de manera directa influyen en el proceso educativo que las secuelas después de nueve meses de confinamiento no son benéficas, por lo que es urgente regresar a las aulas pero con la garantía de seguridad sanitaria para alumnos y maestros y el estado a través de la secretaria de educación pública debe garantizar estas condiciones.
El gremio magisterial debe centrar la atención en cómo revertir el rezago educativo que deja la pandemia y como parte del sistema educativo asumimos el compromiso de investigar y plantear líneas de acción concretas encaminadas hacia este objetivo. Asimismo, exigimos las condiciones mínimas necesarias para poder hacerlo, de lo contrario las víctimas inmediatas son los casi 35 millones de estudiantes y el país en general.