El triunfo de Lorena y la derrota del PRI y el PAN

Bernardino Vazquez Mazatzi

Escritor y Periodista

El posible triunfo de Lorena Cuellar Cisneros en las elecciones del muy cercano 5 de junio supone la derrota no sólo del PRI sino también del gobernador Mariano González Zarur. Al final de cuentas fue la guerra sucia, la descalificación y los mismos actos intimidatorios y de presión hacia los burócratas los que van a revertirse al poder y van a abonar a las aspiraciones de la abanderada del PRD.

 Hasta el momento de redactar el presente, la senadora con licencia se perfilaba como la segura ganadora de los comicios de este año, aunque su triunfo no necesariamente arrastrará, como un efecto ya visto en procesos electorales anteriores, a otros candidatos del PRD a las presidencias municipales y a las diputaciones pues no hay que negar que en casos específicos, como en el de Chiautempan, el candidato del mismo partido más que un impulso le resultó un estorbo.

Lorena Cuellar Cisneros al parecer, obtendrá el triunfo por méritos propios, por el resultado de su trabajo como gestora de recursos, porque supo colocar su imagen y su trabajo entre el electorado y porque también con mucha habilidad encaminó la crítica, la agresión y la descalificación de sus adversarios hacia su origen y fuente, logrando con ello no colocarse como víctima, lo cual hubiera sido lo más cómodo y lógico, sino como una muestra de lo que no debe hacerse en política y democracia y como un muestrario de lo que son capaces de hacer los contrincantes cuando sustituyen el proyecto por guerra, obviamente, sucia, pues no la hay limpia.

Lorena siempre supo sumar, siempre agregar, aunque en su equipo cercano de colaboradores y coordinadores se hayan incrustado personajes nefastos y con historial oscuro. Al final de la trayectoria, creo, la casi segura triunfadora en las elecciones habrá de deshacerse de esos personajes que tienen un paso deshonesto y vergonzoso por Tlaxcala; la aun candidata sabe de quienes se trata y sabe que sólo sirvieron para obtener el triunfo.

Si se concreta la derrota del PRI, creo, va a tener su origen o podría tenerlo en la frase lapidaria y condenatoria aquella de “voy a dar continuidad al gobierno de Mariano”; porque elementos que llevarían al fracaso se pueden contar por docenas, pero pesa mucho la animadversión hacia el actual gobernador y a los caprichos de la familia por empoderar a la parentela. Y también cuentan para los malos resultados la falta de mensaje y proyecto, el uso y abuso de la violencia, la descalificación y la ausencia de candidaturas fuertes en los municipios y distritos electorales.

El problema del PRI lo representa también el que no está acostumbrado a perder y en esta elección para gobernador parece que tampoco está dispuesto a perder. Y cuanto haga o deje de hacer o diga o calle, tiene que ver con su desesperación y a su impotencia. El PRI y su candidato se dedicaron a perder… y parece que lo van a lograr.

Por lo que al PAN se refiere, la aspirante a la primera magistratura del estado de Tlaxcala, Adriana Dávila Fernández, en realidad nunca tuvo posibilidades de triunfo y su posible fracaso se explica porque su candidatura resultó más un capricho personal o una recomendación “de muy arriba” que méritos propios para hacer frente a una nueva realidad política en el estado.

El análisis de una posible derrota indica que a la panista le faltaron argumentos, simpatías, proyecto de gobierno, un equipo de campaña creíble e incluso hasta centrarse en su campaña y olvidarse de la diatriba, de la guerra de desprestigio y la agresión. En realidad esta candidata en ningún momento del periodo de campaña llegó a tener la posibilidad de ganar.

Lejos de ideologías partidistas, sin una brizna de simpatía o animadversión hacia nadie, ausente de filias o fobias, sólo reproduzco el sentir de la sociedad de Tlaxcala que afirma ya haber seleccionado a la candidata por la que van a votar y se refieren a Lorena Cuellar… y se percibe esa disposición entre los pasajeros de “la combi”, entre las señoras de la plaza y el mercado, en la fila de las tortillas y, aunque suene como a apoyo partidista, lo digo, se escucha hasta entre los simpatizantes de los otros partidos y candidatos.

A alguien que le he comentado mi personal percepción me dice que no hay nada seguro, que incluso los ataques a la candidata del PRD van a aumentar, que la guerra en su contra puede y aun va a tener efectos negativos y que la pueden hacer perder mediante una contra campaña y hasta con infundios y desprestigios y eso lo sé, pero también siento que ya es demasiado tarde, que ya ni con eso ni con brujería podría perder…

Y si bien eso se verá hasta el 5 de junio por la tarde noche, en las casas de campaña desde ahora ya se respira el ambiente que habrá de prevalecer por horas y horas y en los días venideros: en dos casas de campaña sufriendo la derrota y sólo en una, disfrutando de las mieles del triunfo… se aceptan apuestas…

 

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